CHILPANCINGO, Gro.- En la entrada a la comunidad Balzamar, ubicada en el municipio de Leonardo Bravo, elementos del Ejército Mexicano que realizaban un reconocimiento terrestre para destruir plantíos de enervantes, fueron emboscados con saldo preliminar de tres soldados muertos y tres lesionados, así como varios civiles lesionados que fueron evacuados por los mismos atacantes.
De acuerdo a la poca información que se ha difundido, el ataque a los militares ocurrió en la entrada a una comunidad perteneciente a un municipio ubicado en la Sierra de Guerrero, donde los castrenses están comisionados a la detección de plantíos de enervantes y su inminente destrucción, lo que pudiera ser la causa de que civiles armados los hubieran atacado a balazos.
De acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), los efectivos militares lograron repeler la agresión y en el intercambio de balazos varios civiles armados resultaron lesionados, mismos que no fue posible detener pues los atacantes lograron evacuarlos y huyeron con rumbo desconocido.
Versiones extraoficiales reportan que al hospital general de Chilpancingo llegaron varios civiles heridos, por lo que militares acordonaron la zona y dispusieron un fuerte dispositivo de seguridad para impedir que escapen o sus cómplices traten de sacarlos del nosocomio.
Otra versión que hasta el momento la SEDENA no ha confirmado, es que en el ataque varias personas armadas fueron detenidas.
De acuerdo a versiones que circulan en la entidad, los agresores pertenecen al Cártel del Sur, uno de los muchos grupos delictivos que operan en la zona y que, al parecer, el mando principal es Isaac Navarrete Celis, alias «El Señor de la I».
Videos que circulan en redes sociales, dan cuenta del infierno que viven los militares destacamentados en zonas donde los cárteles se sienten dueños no solo de los municipios sino hasta de la vida de los habitantes.
En las conmovedoras imágenes se puede ver a un elemento herido de muerte y uno de sus compañeros tratando de darle los primeros auxilios, mientras los demás van alertas por si los delincuentes les vuelven a salir al paso.
No es posible que esos hombres que son, hijos, hermanos, padres, esposos, arriesguen su vida combatiendo a cárteles a los que parece que les dieron licencia para matar, tratándolos como «niños de pecho» cuando son criminales sanguinarios.
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