TOLUCA, EdoMéx.- Cada bebé que nace en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) es revisado con minuciosidad y si los médicos llegan a detectar cardiopatías congénitas en estos pacientitos recién nacidos, de inmediato inicia su tratamiento para prevenir enfermedades cardíacas en su vida adulta, lo que mejora sustancialmente su calidad de vida.
Al respecto, Gerdisarema Del Cid Vázquez, cardióloga pediatra del Hospital Materno Infantil del ISSEMyM, detalló que una cardiopatía congénita es una malformación en la estructura o la forma del corazón. Indicó que uno de cada 100 niños puede presentar esta condición, la cual tiene más prevalencia en niñas.
Explicó que esta patología es multifactorial, pero usualmente se origina por predisposición genética, es decir, que cualquiera de los dos padres haya presentado cardiopatía.
Además, dijo, puede presentarse por infecciones o rubeola en el primer trimestre del embarazo, gestaciones en mujeres mayores de 35 años y últimamente se asocia a las fecundaciones in vitro.
Gerdirasema Del Cid Vázquez indicó que desde el primer trimestre del embarazo se realiza un ultrasonido estructural, el cual ayuda a identificar la anatomía del corazón y, con ello, determinar si tiene alguna malformación.
Explicó que, en caso de detectar un bebé con algún tipo de cardiopatía, se planifica la atención perinatal, inmediatamente se otorga una atención integral, e incluso, dentro de las primeras 24 horas al momento del nacimiento se indica medicación para mantener con vida al paciente o se somete a cirugía.
“En la década de 1960, sólo 20 por ciento de los niños que nacían con esta patología llegaban a la etapa adulta. Hoy en día cerca del 85 por ciento llegan a una vida plena, dándoles la posibilidad de realizar su vida con normalidad”, detalló Del Cid Vázquez.
La especialista comentó que, si al paciente no le practicaron este estudio, es importante que los padres de familia detecten estos síntomas: llanto sin vigor, fatiga o sudoración de la cabeza al alimentarse, palidez y/o coloración violácea de los labios al alimentarse o al llorar. De percibir alguno de estos indicadores es de suma importancia acudir al médico.
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