DE REPORTEROS

Ante la crítica situación económica, la violencia crece a pasos agigantados

México vive una recesión económica técnica, de acuerdo con indicadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La contracción del Producto Interno Bruno (PIB) puede visibilizarse en situaciones como disminución del empleo y fluctuaciones en los precios de artículos de primera necesidad.

Si bien expertos apuntan que es una situación diferentes a una crisis, además de poder ser corregidas con ajustes al gasto público, también prevén posibles complicaciones para las finanzas de los ciudadanos mexicanos e incremento de inseguridad.

Frente a este panorama, empresarios del sector de la seguridad privada estiman una mayor demanda en los productos y servicios que ofrecen actualmente en el mercado nacional. De acuerdo con sus percepciones, los servicios de seguridad electrónica (control de accesos y videovigilancia), guardias intramuros, escoltas y productos blindados, son los de mayor consumo en 2020.

Al respecto, Rene Fausto Rivera, presidente del Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB), prospecta un crecimiento sustancial en este sector económico. Para el empresario, la situación próxima de México puede ser análoga al escenario vivido que se puede determinar cómo importante para el desarrollo de este sector que partió del año 94, donde iniciaron varios sucesos en el ámbito político-religioso, político-económico y político-social que marcaron un antes y un después del México de hoy, afirmó.

Desde la visión de Jonathan Orjuela Núñez, presidente de la Comisión de Vidrios Blindados del CNIB, las afectaciones a las economías suelen acrecentar los índices de violencia al interior de los países. Comparó el escenario mexicano actual con lo sucedido en décadas anteriores con Venezuela y Brasil, importantes exponentes latinoamericanos en el desarrollo de tecnología de protección balística.

Recordó que la delincuencia intensificó su presencia, además de sofisticar el nivel de armamento a su alcance. “A partir de esta renovación en sus armas, fue necesario proteger cada vez más infraestructuras y automotores. Hoy en día existen en México muchas oficinas con blindaje arquitectónico, y no solo gubernamentales”, apuntó.

Asevero que es importante que los usuarios no suplan sus necesidades de seguridad con productos “baratos”, con la falsa idea que ahorrando en un blindaje parcial, estarán protegidos.

Debido a la inseguridad en los países, el blindaje automotriz tuvo que robustecerse, ello por la peligrosidad de los grupos criminales. “Antes de los problemas económicos, los blindajes Nivel 3 que de armas cortas, eran la principal demanda, no obstante debido a las crisis económicas, las situaciones exigieron subir al Nivel 4 y 5”, indicó el directivo.

Por su parte, Rene Rivera estimó que el aumento en la percepción de inseguridad se traduce en una mayor demanda en el consumo de los diferentes productos y servicios de la seguridad privada, entre los que destacan los blindados, siendo los nichos arquitectónico y automotriz los que reciben un aumento considerable en las ventas.

Indicaron que en 2019, las cifras indicaron que fue uno de los años más violentos de México en tiempos recientes. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestró que hasta el 31 de octubre habían sido registrados 43 mil 085 homicidios en territorio nacional; 28 mil 741 de los casos perpetrados fueron con armas de fuego.

El presidente del CNIB señaló que este incremento en la violencia volvió al blindaje corporal, vehicular y arquitectónico una necesidad de primer nivel para los ciudadanos mexicanos.

No obstante, recalcó el riesgo que atraviesan los usuarios finales que, en la búsqueda de productos de menor precio, pueden ser víctimas de empresas que comercializan blindajes de baja calidad o de manera parcial en unidades automotrices.

Rivera explicó que muchas empresas en México venden autos que solo poseen blindaje en vidrios, dejando el resto de la estructura expuesta a impactos de armas de fuego (llamados “trabajos parciales”). Además, estas compañías suelen no estar registradas ante las autoridades competentes para certificar la calidad de sus blindajes.

Esta ausencia de rigor en la manufactura y en los materiales, los cuales suelen no ser balísticos, exponen a los mexicanos a perder la vida en una situación delictiva. Por esta razón, Rivera invita a los interesados en adquirir estos productos, solicitar siempre las certificaciones de calidad a las comercializadores y productores de blindados.

“Queremos enfrentar a este tipo de productos riesgosos para el usuario final. Incluso impulsamos una alianza con la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA), para llevar a cabo una campaña informativa en este año”, agregó el presidente del CNIB.

Dijo que esta alianza representa un gran paso para la industria, comunicando una gran disposición de los empresarios del sector por colaborar en la búsqueda de mejores condiciones de mercado y, ante todo, en la garantía de integridad y seguridad de los usuarios finales, los cuales son siempre el pilar fundamental de cualquier vertical de desarrollo.

Foto: Archivo

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