Columnas

Dublinesca de Enrique Vila-Matas*

Por Zakie Smeke

“Dublinesca es como una destilación de todo lo que ha ido construyendo su autor a lo largo de una de las trayectorias más originales de la narrativa española de las últimas dos décadas. Sentido y meditado homenaje crepuscular a una ciudad, a la literatura y a algunos de los que exploraron sus límites (Joyce, Beckett), y elegiaco homenaje a un mundo que se acaba”

Manuel Rodríguez Rivero (El País)

Leer y escribir forman parte de mi cotidianidad. ¿Pasión o necesidad? No sabría definir la diferencia, pero sí sé que son prácticas diarias e incuestionables. El domingo terminé de leer la novela Dublinesca de Enrique Vila-Matas, reconocido escritor hispano. A quienes pretendan acercarse y conocer a su obra sugiero acceder a su página porque en este escritor no se trata de una u otra novela, sino de una obra. “Pero la mejor parte de la biografía de un escritor no es la crónica de sus aventuras, sino la historia de su estilo”.

Vila-Matas es también articulista de El País, con más de mil columnas y de muchos otros medios. Motivo por el cual en esta columna se comentará también su artículo, Tan excitados, en el que se refiere a la forma como los bajos índices de lectura dañan el tejido cultural del país, que por supuesto es una situación que se hace extensiva a nuestro país. Hay una disminución del interés por la lectura que tiene como consecuencia un aumento en los rebrotes del coronavirus.

Dublinesca, (Seix Barral, 2010) se ha publicado en 23 idiomas y ha dado pie a múltiples reseñas y comentarios sobre la novela y el autor. La novela de 325 páginas se divide en tres capítulos: Mayo, Junio y Julio. Vila-Matas inventa la figura del hikikomori, que define a los jóvenes japoneses autistas informáticos quienes para evitar la presión se aíslan en una habitación de la casa de sus padres durante periodos prolongados.

Samuel Riba, el último editor literario culto, quien padece un retiro tortuoso que lo sume en la melancolía, utiliza para definir su estilo de vida de editor retirado y abstemio. “Riba vive en una permanente sensación de fin de época y fin de mundo, sin duda influenciado por el paro de sus actividades”.

Riba tiene un sueño premonitorio en el que viaja a Dublín, la ciudad donde James Joyce escribió el Ulises, para festejar el funeral de la era de la imprenta en un mundo seducido por la locura de la era digital. El soñante caminaba sin rumbo por la ciudad irlandesa al estilo del flâneur de Baudelaire. Pisaba la historia literaria del lugar, bebía whisky, además de escuchar la agitación del mar irlandés. Vivía momentos intensos; aunque, dolorosos, pero que lo hacían renacer. Reincide en su alcoholismo después de dos años de abstemia. Celia, tan amada por él, lo abandona. Se confronta ante sus miedos para recuperar la fascinación de dejarse llevar por la fascinación del instante.

Toda la novela es un brillante ejercicio de reescritura que en buena medida se desarrolla como palimpsesto del Ulises. Los grandes temas que se abordan recuperan el trabajo de James Joyce: el pasado irremediable, el presente trágico y el futuro patético. Con una deslumbrante escritura plena de citas y de dialogo interno.

Conforme el lector va leyendo florecen las referencias a escritores, libros, películas y música. Decenas de citas, versos, diálogos de cineastas. Cada pocas líneas se dice algo de un poemario, una novela o una película. George Perec, Paul Auster, Samuel Becket, Robert Walser y John Ford, Robert Walser son parte de elenco literario de esta novela.

El lector viaja junto con Riba, personaje que atraviesa una situación existencial disminuida, pero que sin llegar a ser ideal, mejorará en tanto recupera la emoción de vivir momentos intensos. En términos generales los personajes de Vila-Matas, casi siempre empiezan mal y van de lo mal o lo menos mal. Hay una transformación y un cambio que al principio se pensaba imposible. Dublinesca es una obra de gran fluidez narrativa y de estilo brillante hacen de una excelente novela, la más ambiciosa de Enrique Vila-Matas.

En la columna Tan excitados, Vila-Matas parte de una cita del pensamiento de Pascal: “Todas las desgracias del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación”. Con ella el escritor analiza la dificultad de muchos de quedarse quietos durante el confinamiento y la pandemia; de no poder dedicarse a actividades creativas, entre ellas la lectura.

La consecuencia de la hiperactividad es que un gran batallón de excitados no muy dados al pensamiento reposado, se sienta desquiciado por el confinamiento y salgan más de lo necesario contribuyan así, al rebrote del coronavirus.

El texto nos hace reflexionar sobre la importancia de inculcar el hábito de la lectura a los niños, subraya la forma en que la lectura nos protege de las inconveniencias del mundo externo o del mundo de los adultos. Considera a la práctica de la lectura como un amuleto que nos protege del Malestar en la Cultura: la naturaleza, el propio cuerpo y las relaciones con los demás.

Así el escritor  concluye: “Años de infancia, de sigilosa introducción a ese mundo único de la lectura que tanto acaba de celebrar la gran Lidia Jorge al serle otorgado el premio de la FIL de Guadalajara de este año: “Tenía dudas sobre si el futuro rescataría a la literatura como la disciplina fundamental para todas las artes, pero ahora, con la pandemia, he dejado de tenerlas”

*. http://www.enriquevilamatas.com/

 

*Doctora en Filosofía Política

Maestría en Periodismo Político

Psicoanalista

https://twitter.com/z_smeke?lang=es

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