También nueve personas resultaron lesionadas y los sicarios se llevaron a dos personas.
Dice el presidente López Obrador que ya no hay masacres en México y hasta se burló de una portada del diario Reforma, donde da cuenta del número de asesinatos múltiples que se han registrado durante su administración. Y la realidad desmiente al mandatario, pues este domingo se dio a conocer el asesinato de 11 personas en Jaral del Progreso, Guanajuato, a manos del crimen organizado.
Los aberrantes hechos se registraron la madrugada de este domingo 27 de septiembre, en el interior de un table dance con razón social «La Cabaña del Toro», ubicada en el municipio de Jaral del Progreso, Guanajuato, hasta donde llegó un comando armado y disparó contra los parroquianos dejando un saldo de siete hombres y cuatro mujeres muertos, nueve lesionados y 2 levantados. Se habla de que sólo una mujer salvó la vida, y que los asesinos dejaron un narcomensaje del que se desconoce su contenido.
En el piso del bar quedaron tirados los cuerpos de hombres y mujeres, todos a causa de las balas que rociaron los sicarios en contra de ellos, sin que hasta el momento se sepa la causa real de este reprobable hecho de violencia.
En un escueto comunicado de la Fiscalía estatal se informó que, las once personas asesinadas son de diversas edades, cuyos cuerpos presentan lesiones producidas por impactos de arma de fuego. Indicó que en el lugar recolectaron elementos balísticos de diferentes calibres.
De acuerdo a las primeras versiones, el comando estaba conformado por al menos diez hombres llegaron a bordo de camionetas, quienes lograron escapar del lugar luego del cruel ataque, en un bar que, debido a la pandemia de Covid-19, debía estar cerrado ya que no es considerado como una actividad esencial.
Las autoridades de Guanajuato atribuye estos actos de violencia extrema, a disputas entre el cártel de Santa Rosa de Lima, dedicado al trasiego de combustible robado, y el de Jalisco Nueva Generación, que lo mismo trafica gasolina que droga.
Fotos: Especial
