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Cuatro Alcaldías de la CDMX concentran el mayor número de denuncias por ruido

El ruido puede considerarse también una cuestión de clases sociales.

Previo a la pandemia de COVID-19, las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Coyoacán, eran las que tenían más denuncias ciudadanas por ruido, señaló la doctora Jimena de Gortari Ludlow, académica de la Dirección de Investigación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (IBERO).

Entre las quejas por ruido en esas demarcaciones, destacan sobre todo las que son en contra de establecimientos mercantiles, por ejemplo, los restaurantes con terrazas, donde los consumidores de estos lugares generan mucho ruido por la noche, que impide el derecho al descanso a quienes tienen sus hogares cerca de los mismos.

Esta generación de ruido al exterior por parte de los establecimientos mercantiles es una muestra de falta de conciencia ciudadana frente al otro, por lo que los arquitectos tendrían que pensar cómo absorber desde dentro de esos locales el ruido que ahí se genera.

Sin embargo, la arquitecta De Gortari reconoció que en la Ciudad de México existen establecimientos mercantiles que han subvencionado, en las casas que se ven afectadas por el ruido que generan, pequeñas obras de mitigación del ruido, como son, la colocación de triples ventanas o el levantamiento de muros verdes.

No obstante, esto es insuficiente, puesto que debería haber la intervención de las alcaldías y del Gobierno de la Ciudad de México, en términos de colocar o exigir a ese tipo de establecimientos mercantiles tener una vigilancia ambiental que solicite a la gente bajarle a su ruido; y en cuestión de diseño urbano, pensar en la edificación de fachadas que contrarresten el ruido.

En alcaldías como Coyoacán, donde hay pueblos originarios, muchas de las quejas ciudadanas contra el ruido son por la pirotecnia que se quema durante las fiestas patronales, y si bien éstas son parte de las tradiciones e identidad de esos lugares, habría que concientizar a las personas del daño que el ruido provoca a la salud, con el fin de disminuir un poco la pirotecnia, porque ciertamente no se puede silenciar por completo a la ciudad.

La investigadora de la IBERO añadió que el transporte público también impacta en el ruido de la Ciudad de México, por lo cual la Secretaría de Movilidad (Semovi) tendría que “hacer verificaciones de justamente el ruido que genera ese tráfico vehicular, porque una de las mayores molestias, que no está regulada y que no está en ley, es esto que se llama fuentes móviles, y una de las fuentes móviles es evidentemente la circulación vial, o sea, el tráfico vehicular”, que tiene entre uno de “los grandes ruidosos” al transporte público.

Entre las zonas más afectadas por el transporte, público y privado, la arquitecta dijo que se encuentran las salidas de la CDMX, donde habita población vulnerable, que no puede mudarse de residencia, en busca de tranquilidad y de silencio, como sí puede hacer la gente con poder adquisitivo; por ello Jimena de Gortari opina que el ruido puede considerarse también una cuestión de clases sociales.

Foto: Archivo

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