El estigma del peso puede causar daños físicos y psicológicos. La opinión predominante de que la obesidad es una elección y que puede revertirse totalmente mediante decisiones voluntarias de comer menos y hacer más ejercicio puede ejercer influencias negativas en las políticas de salud pública, en el acceso a los tratamientos y en las investigaciones.
Lo anterior en el estudio publicado por un grupo multidisciplinario de expertos internacionales en Nature Medicine, que incluye representantes de organizaciones científicas, que examinó las pruebas disponibles sobre las causas y los daños que origina el estigma del peso y elaboró una declaración conjunta con recomendaciones para eliminarlo.
El artículo, que lleva por título Joint international consensus statement for ending stigma of obesity, firmado por 36 autores, explica que las personas con sobrepeso y obesidad no solo corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones médicas graves, sino también de padecer el estigma social, discriminación en el trabajo, en centros educativos y de salud.
De acuerdo con el documento, las instituciones académicas, las organizaciones profesionales, los medios de comunicación, las autoridades de salud pública y los gobiernos deberían fomentar la educación sobre este problema y facilitar una nueva narrativa pública sobre la obesidad, coherente con los conocimientos científicos modernos.
“Las personas con obesidad no sólo corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones médicas graves, sino también estigma social. Los individuos son percibidos (sin pruebas) como perezosos, glotones, faltos de fuerza de voluntad y autodisciplina”.
Un objetivo específico de este artículo -que representó una novedad con respecto a iniciativas anteriores relacionadas- fue abordar la brecha entre las narrativas estigmatizantes en torno a la obesidad y los conocimientos científicos actuales sobre los mecanismos de regulación del peso corporal. El objetivo general fue reunir a un amplio grupo de expertos y organizaciones científicas para que reconocieran el problema y «hablar con una sola voz» sobre esta importante cuestión.
Consecuencias del sesgo por el peso
Aparte de trazar las amplias consecuencias del estigma del peso, esta iniciativa muestra la brecha entre la narrativa pública de la obesidad y los actuales conocimientos científicos sobre la regulación del peso y las complejas causas de la epidemia de esta enfermedad.
Las estimaciones del estudio Internalizing Weight Stigma: Prevalence and Sociodemographic Considerations in US Adults, publicado en 2017 sugieren que aproximadamente el 40-50% de los adultos estadounidenses con sobrepeso y obesidad experimentan un sesgo de peso internalizado, y alrededor del 20% de los adultos estadounidenses lo experimentan en niveles altos.
El sesgo de peso internalizado, cuando se convierte en una forma de autoestigma en la que el individuo con sobrepeso aplica contra sí mismo los estereotipos negativos basados en el peso y se culpa por su condición, está presente en individuos de diversas categorías de peso corporal, pero especialmente entre individuos con un índice de masa corporal más alto.
De acuerdo con el artículo de la revista Nature Medicine, “los niños con sobrepeso y obesidad son frecuentemente objeto de burlas y acoso en la escuela. En comparación con los estudiantes de menor peso corporal, los adolescentes con sobrepeso u obesidad tienen muchas más probabilidades de experimentar aislamiento social y corren un mayor riesgo de victimización verbal, cibernética y física. También son más susceptibles de desarrollar trastornos de salud mental, especialmente ansiedad y depresión, además de obesidad, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en etapas posteriores de la vida”.
El estigma del peso, más que la propia obesidad, puede ser particularmente perjudicial para la salud mental y está asociado con síntomas depresivos, niveles de ansiedad más altos, menor autoestima, aislamiento social, percepción de estrés, uso de sustancias, alimentación no saludable y conductas de control de peso, como los atracones y la sobrealimentación emocional. Los estudios experimentales también muestran, paradójicamente, que la exposición de los individuos al estigma del peso puede conducir a un aumento de la ingesta de alimentos.
El estigma del peso puede inducir a error en las decisiones clínicas y en los mensajes de salud pública, y podría promover una asignación improductiva de los limitados recursos de investigación. Los prejuicios y los estigmas basados en el peso pueden dar lugar a la discriminación y socavar los derechos humanos, los derechos sociales y la salud de las personas afectadas. Por ello, se requiere un esfuerzo concertado de todas las partes interesadas para promover iniciativas educativas, reglamentarias y jurídicas destinadas a prevenir el estigma y la discriminación por motivos de peso.
Para mayor información consulte: https://www.nature.com/articles/s41591-020-0803-x
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