Nadie merece una humillación, pues si a un gobernador le hace esto, qué le espera a los ciudadanos de a pie.
Pide pruebas, y cuando se las van a presentar se niega a recibir al señalado. Así sucedió la mañana de este martes, cuando el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, se presentó a Palacio Nacional solicitando audiencia con el presidente López Obrador, para mostrarle las pruebas que el mismo mandatario exigió, sobre las denuncias del Ejecutivo estatal, en cuanto a la intervención del narco en las elecciones del 6 de junio, en su estado.
“El presidente @lopezobrador_ me pidió pruebas sobre la vinculación de Morena con el crimen organizado y su intervención en la elección. Hoy le solicito audiencia para mostrarle toda la información que tengo personalmente ya que es un tema muy delicado y peligroso para la nación”, escribió Aureoles Conejo en su cuenta personal de Twitter.
Desde temprana hora, todavía oscuro, llegó el mandatario michoacano a las puertas de Palacio Nacional, con varios folders en las manos, conteniendo todas las pruebas recabadas durante la jornada electoral, que demuestran la intervención del narco en la entidad, pero desde los soldados que resguardan el edificio encontró el primer obstáculo, pues no lo dejaron pasar.
Ahí lo dejaron, parado en la calle, aunque después alguien le arrimó un banco de plástico para que se sentara, una clara burla del gobierno “humanista” y de “puertas abiertas”.
De repente algunas mujeres, al parecer del área de Atención Ciudadana, salieron a hablar con el mandatario estatal, como si se tratara de un ciudadano cualquiera y no del gobernador de un estado de la República.
El que se mete en todo, respondió a la pregunta de reporteros el por qué no recibió al gobernador Silvano Aureoles, y contestó: “No, porque no me corresponde, es un asunto que tiene que ver con las elecciones y para eso está el INE y el Tribunal electoral, y si se trata de una acusación sobre un ilícito pues hay que acudir a la Fiscalía, entiendo que viene aquí porque quiere aprovechar de que están ustedes y no es poca cosa la mañanera”.
Añadió: “Todo lo que aquí ocurre es información y noticia, pero no es el lugar. Ayer recibí a tres gobernadores, el de Chihuahua, el de Morelos y de Jalisco, pero para tratar asuntos relacionados con programas para el desarrollo de esos estados. No puedo yo estar aquí recibiendo a personas, autoridades para atender cuestiones electorales o acusaciones de tinte político”.
Y reitero, “no me corresponde eso, hay que cuidar la investidura presidencial”.
Fueron cuatro horas, en las que Silvano Aureoles permaneció en la calle, una humillación que nadie merece sobre todo si viene del Presidente de la República, que este martes sí tuvo tiempo para recibir a Carlos Slim, pese a que la denuncia del mandatario michoacano es algo sobre seguridad nacional.
Así, cuando conviene recuerda que lo electoral no es de su incumbencia sino del INE a quien, por cierto, pretende desaparecer; recuerda cuidar la investidura presidencial y pondera la mañanera como si fuera algo extraordinario y nadie, a menos que sea de sus leales, puede acceder a ella pues le puede “robar” cámaras.
El siguiente paso que el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo dará, es acudir a instancias internacionales donde, sin duda, le recibirán las pruebas que López Obrador exigía y que hoy se negó a recibir.
Fotos y video: Tomadas de la cuenta de Twitter del mandatario michoacano
