DE REPORTEROS

Cómo protegió el gobierno de Belize a su población ante el Covid-19

BELIZE.- Belize, un lugar paradisíaco para vacacionar es de los pocos países del mundo que supo cómo manejar la pandemia de Covid-19 desde su inicio, por lo que no tuvo que enfrentar ninguna crisis en sus hospitales o altas cifras de fallecimientos. Justo cuando el mundo enfrentaba la peor crisis sanitaria, en mayo de 2020, Belize reportaba cero casos activos del virus, lo que fue una excelente noticia para este país, en el que uno de sus principales ingresos es el turismo internacional.

Para lograr esta situación, a pesar del alto riesgo que representaba para la población el constante trato con viajeros internacionales, principalmente de Estados Unidos, el gobierno beliceño actuó eficaz y eficientemente.

Se tomaron medidas tempranas como el cierre oportuno de las fronteras; se reforzó la capacidad médica; se implementó un estado de emergencia y se adaptaron leyes de acuerdo a cómo se desarrollaba la situación; todo esto con el objetivo de proteger a la comunidad.

Uno de los factores que ayudaron en gran medida a lograr estar libres de contagios, fue el adecuado uso de la tecnología, monitoreando los datos en tiempo real para la toma de decisiones por parte de las autoridades de Salud y el gobierno.

A partir del primer caso registrado, una beliceña que regresó de un viaje de Estados Unidos, la Unidad Epidemiológica del Ministerio de  Salud entró en modo de rastreo de contactos; la aislaron y pusieron en cuarentena a toda la isla de Ambergris Caye. Este procedimiento se realizó con los siguientes 17 casos, en un esfuerzo coordinado para localizar, segregar y rastrear contactos relacionados con cada uno de ellos.

Detrás de todo esto, había una estrategia desarrollada localmente que impulsó la decisión en el día a día. Por fortuna, Belize comenzaría su censo nacional en mayo de 2020, sin embargo, se decidió posponerlo hasta 2021, lo que dejó inactivos una gran cantidad de recursos en el Instituto de Estadística del Gobierno de Belize, los cuales se destinaron para combatir el Covid-19.

Un pequeño grupo de desarrolladores de software, estadísticos y profesionales de la salud se reunieron y diseñaron su propia plataforma interna de seguimiento, rastreo e informes para Covid-19; posiblemente uno de los primeros esfuerzos integrados de este tipo en América. Esta plataforma comenzó con una aplicación de campo que convirtió a los oficiales, que llevarían a cabo el censo, en “detectives de campo de Covid-19”.

A cada uno de le equipó con un dispositivo electrónico, el cual le permitió recopilar, reportar y entrevistar a personas de interés, en función de sus factores de riesgo, cargando en tiempo real todos los datos que permitieron un mapeo de casos, contactos y áreas de riesgo a través de la aplicación Open Health.

Al mismo tiempo, la línea directa del Ministerio de Salud, de acuerdo a los datos proporcionados por la aplicación, convirtió los datos recopilados de llamadas relacionadas con síntomas y ubicaciones de cada una de las personas u otros riesgos en la misma base de datos.

Posteriormente, el equipo desarrolló y lanzó una aplicación de autoinforme que permitía a los ciudadanos reportar su estado de salud, lo que le dio al gobierno una visión más amplia de la salud pública y la capacidad de identificar riesgos que no podían ser capturados por los agentes de campo o la línea directa del Ministerio de Salud. Todos los datos de la aplicación de autoinforme se reunían directamente a la base de datos común, brindando a las autoridades sanitarias una visión universal de la salud de la población, incluidos aquellos ciudadanos que no informaron síntomas.

Se desarrollaron varias funciones, incluyendo un mapeo cruzado entre los encuestadores de todas las fuentes contra el rastreo de datos de casos conocidos, un mapa de todos los encuestadores en tiempo real y una herramienta de predicción estadística avanzada que ayuda a comparar el nivel de riesgo de Covid-19 con la capacidad hospitalaria en cada distrito en tiempo real.

Con una población de aproximadamente 400 mil habitantes, Belize registró al 8 de mayo de 2020 sólo 18 casos de Covid-19. Por lo que después de 28 días de aislamiento cumplidos el 11 de mayo de ese mismo año, el país tenía todas las condiciones para regresar a sus actividades cotidianas de manera gradual, con la mayoría de las empresas y oficinas gubernamentales reabiertas, siguiendo protocolos de seguridad como el distanciamiento físico y el uso obligatorio de mascarillas (cubrebocas).

El uso de la tecnología fue un gran aliado, por lo que de inmediato se pusieron a trabajar para crear módulos que permitan la detección obligatoria, previa y continua de los ciudadanos y visitantes que regresen una vez que el aeropuerto y las fronteras se abrieron.

La reacción rápida, la colaboración interinstitucional, la legislación receptiva, la tecnología y la aceptación pública en esta pequeña nación, han pagado grandes dividendos en su objetivo de devolver la normalidad a la sombra de la pandemia global.

Foto: Archivo (Ilustrativa)

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