De 2019 a 2021 se triplicaron las ventas de vehículos eléctricos en el orbe, al pasar de 2.2 millones a 6.6 millones, equivalentes a nueve por ciento del total del mercado automotor mundial, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
Al respecto, el investigador del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, Jesús Antonio del Río Portilla, afirmó: México requiere avanzar hacia la electromovilidad, ya que a nivel global existe la tendencia a usar más los eléctricos, y también para cumplir con la meta que el país suscribió en la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), de eliminar los autos a combustión para 2035.
Es necesario, agregó, generar electricidad con fuentes renovables pues hoy en día la matriz energética está anclada en los combustibles fósiles y la propuesta de reforma eléctrica apunta a que, al menos en los próximos tres años, no se instalarán en el país plantas de energías limpias.
La ciencia continúa su avance, las científicas y los científicos trabajan en generar soluciones. “El auto eléctrico es caro, pero puede no serlo. Al principio cuesta más esta tecnología, pero hay que hacer que las personas que utilizan combustibles fósiles y pueden evitarlo, lo hagan. ¿Cómo se puede lograr? No subsidiando la gasolina”, consideró.
La Agencia Internacional de Energía también estima que hay aproximadamente 16 millones de vehículos eléctricos circulando en el mundo, los cuales consumen aproximadamente 30 teravatios-hora (TWh) de electricidad por año, equivalente al total de electricidad generada en Irlanda.
Desarrollos puma
En la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional hay diferentes escuderías o agrupaciones de estudiantes que trabajan en prototipos de autos eléctricos, en los que participan aproximadamente 90 alumnos de Mecatrónica, Eléctrica Electrónica, de software, Industrial, entre otras.
Uno de estos equipos es “Dzec”, que labora en el desarrollo de una unidad que funcione en la ciudad. Existe también la escudería Fórmula SAE, enfocada a autos de carreras, expuso Enrique Munive Roldán, integrante del primer conjunto mencionado.
Los avances que tiene cada una se complementan, precisó el ingeniero en Mecatrónica. “Por ejemplo: si uno trabaja en cuanto a la velocidad, el otro lo hace en eficiencia. Mientras un equipo implementa las tecnologías que existen, otro las desarrolla”, dijo el también integrante del Laboratorio de Electromecánica del Instituto de Ingeniería.
En nuestro país habrá más autos eléctricos cuando se reduzca su costo y en la medida en que se instale más infraestructura, como son las estaciones de recarga. “El mayor uso de autos híbridos es un paso necesario”, reconoció.
Prepararse para la transición
Al proseguir, Jesús Antonio del Río, doctor en Ciencias explicó que además de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, cada kilómetro recorrido en este tipo de unidades es 30 o 40 por ciento más barato en comparación con un vehículo a combustión; se calientan menos y son más silenciosas.
Hace 10 años en México no se fabricaban autos eléctricos y actualmente hay más de una compañía establecida en el territorio nacional; incluso existen otras con capital y tecnología mexicanas. Sin embargo, exportan la mayoría de su producción debido a que las políticas gubernamentales están enfocadas hacia los autos a gasolina y en subsidiar este energético.
“La industria proveedora para las armadoras automotrices en nuestro país debe prepararse para la transición hacia los vehículos eléctricos. De no hacerlo, estas armadoras migrarán a otros lugares del planeta con el consecuente desempleo y pauperización de la población”, alertó quien codirige la Unidad de Energías Renovables del Centro Latinoamericano de Física.
Los cambios en esta rama industrial son acelerados, por ejemplo hace 10 años la autonomía de los eléctricos era del orden de 100 kilómetros, hoy es de más de 200, enfatizó el experto.
“Si lo utilizas para moverte en la ciudad, una autonomía de 100 kilómetros es suficiente y estos vehículos se cargan, cuando más, en ocho horas. Entonces, podrías ir a tu trabajo, moverte 100 o más kilómetros y llegando a tu casa, cargarlo en la noche”, afirmó.
En nuestro país, destacó el universitario, hacen falta estaciones de carga rápida (de 30 minutos aproximadamente) como es el caso de las carreteras. Una opción sería, como lo llevan a cabo otras naciones, instalarlas en sitios de descanso en donde las personas puedan comer o reposar su vehículo mientras se recarga.
Traslados sustentables
En México el transporte es responsable de 25.1 por ciento de las emanaciones de gases de efecto invernadero, según el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero 2015.
Del Río Portilla propuso impulsar el uso de unidades eléctricas para las flotas del transporte público, a partir de otorgar créditos a los dueños de estos vehículos, los cuales podrían pagar a plazos, por ejemplo, de cinco años.
“Hicimos estudios para las ciudades de Cuernavaca y Morelia y es redituable, desde el punto de vista económico, comprándole la electricidad a la Comisión Federal de Electricidad. Además, si en sus terminales se ponen paneles fotovoltaicos disminuye un 30 por ciento más el costo y se reducen en más del 70 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero”, aseveró.
En el Instituto de Energías Renovables de la UNAM ha dirigido tesis de estudiantes con propuestas, a fin de que en pueblos mágicos del país los mototaxis utilicen unidades eléctricas que podrían pagarse en tres años.
“No digo que sólo nos movamos en autos eléctricos, sino que nos movamos de maneras más sustentables. En Estados Unidos y en Europa vemos cada vez más autos eléctricos, pero en Europa hay mucha gente moviéndose también en bicicleta, porque existe la infraestructura adecuada”, comentó.
Por ello, el experto universitario estimó que se deben fomentar políticas y programas para tener ciclovías confinadas, seguras, para que la gente opte por el transporte no motorizado, que hoy en día es una opción para no contagiarse del virus SARS-CoV-2.
“Se requiere impulsar más el uso de las bicicletas y cambiar de paradigma, porque hoy la infraestructura está pensada más en mover automóviles que a las personas”, remarcó.