Ser madre y desempeñarse como policía, no es un trabajo fácil pero Adalid Medina Ríos y Arisbeth Gabriela Caraveo Rojas, han sabido compaginar muy bien ambas responsabilidades.
“Soy de sangre azul, mi padre y mis hermanos son policías. Ellos me inspiraron a convertirme en mujer policía. Cuando me gradué, mi papá me dijo: te saliste con la tuya”, dijo Adalid Medina Ríos, quien actualmente pertenece al escuadrón policial denominado Patrulla Púrpura.
Mientras enciende su patrulla para realizar un rondín, comenta: “Soy mamá de dos niñas de nueve y cuatro años. Mi turno es de 24 horas por 24 horas de descanso. Es decir, un día soy policía y al otro día mamá. Es difícil pero ambos trabajos me encantan”, enfatizó.
Explica que pertenecer a la Unidad Púrpura la hace sensible, ya que entre sus tareas prioritarias está la atención a víctimas de violencia de género contra mujeres en el ámbito familiar, así como a menores de edad.
“Mis hijas están orgullosas y la de cuatro años dice que de grande será policía» comentó con orgullo
Por su parte, la policía de Seguridad Ciudadana (SCC), Arisbeth Gabriela Caraveo Rojas, comisionada a Base Plata, es madre de dos hijos de tres y ocho años, asegura que en su descanso divide su tiempo para realizar actividades con sus niños.
“Me involucro en sus tareas y también jugamos. Aunque son pequeños les comento que deben tener precaución porque en la calles hay muchos riesgos.
Mi hijo de ocho años me dice que me cuide. Le he platicado los peligros que se corren en este oficio, pero también de las gratificaciones como ser humano”, compartió.
Fotos: Cortesía