Al concluir la validación en campo y comprobar su efectividad, quedó listo el método de “autotoma de muestra” para la detección de SARS-CoV-2, mediante PCR en tiempo real, con las siguientes ventajas: reduce el costo de la prueba, el tiempo de los resultados y minimiza al máximo las posibilidades de contagio al personal de salud.
El proyecto, encabezado por el doctor Víctor Julián Valdes Rodríguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, y financiado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) de la Ciudad de México, es una prueba en saliva de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), la más confiable técnica para la detección de patógenos y microorganismos.
La “autotoma de muestra” en saliva es una opción frente a la técnica de hisopado nasofaríngeo, proceso con cierto grado de complejidad que requiere personal entrenado y protegido con equipo especial. En tanto, la extracción de saliva –sustrato en el que está muy presente el virus SARS-CoV-2– lo hace un método sencillo y mucho más conveniente.
En este sentido, si obtener una muestra nasofaríngea de un adulto no es sencillo, extraerla de un bebé o niño/niña de corta edad es más complicado.
“Uno de los mejores planes que se siguieron para evitar impactos mayores en la pandemia fue identificar los casos, porque ayuda a rastrear contactos, definir quién está o no enfermo, cuándo es contagioso y cuándo deja de serlo. Ahora tenemos pruebas de antígeno, pero es más confiable la PCR”, expuso Valdés Rodríguez, doctor en ciencias biomédicas por la UNAM, con postdoctorado y estancias en Mount Sinai School of Medicine y The Black Family Stem Cell Institute, New York City.
La seguridad de la prueba que desarrolló el especialista y su equipo radica en que no requiere de una persona que tome la muestra, es el propio individuo interesado el que lo hace. El lugar que se recomienda para tomar la muestra es el baño. El kit consta de tres elementos: se deposita saliva en un tubo, la misma persona toma 20 microlitros de saliva con un tubo capilar que vacía en otro contenedor en cuyo interior se halla un buffer de inactivación.
Posteriormente, en un laboratorio de diagnóstico se esteriliza la muestra. Para ello, se somete a una temperatura de 96ºC durante diez minutos: tanto el calor y el tiempo son condiciones a las que el virus no sobrevive. Así, la muestra se puede manipular para continuar con el diagnóstico de PCR en tiempo real sin necesidad de purificar el material genético, pues el buffer de inactivación que diseñó el equipo de la UNAM es compatible con el PCR.
Además, una prueba de PCR permite detectar de manera específica un fragmento del material genético. En el caso de SARS-CoV-2, se trata de RNA (ácido ribonucleico). Si el resultado es positivo y no identifica el material genético, la persona no porta la infección.
Normalmente, expuso el investigador del IFC-UNAM, cualquier laboratorio que realice una prueba, sea hisopado nasal o saliva, una vez que tiene la muestra debe purificar el RNA y después realizar el PCR en tiempo real. Sin embargo, lo que los integrantes de su laboratorio hicieron con la integración del buffer fue suprimir la etapa de la purificación del RNA. Con el proceso de esterilización se ahorra tiempo y dinero, y se gana en bioseguridad.
“Desarrollamos un buffer que contiene detergentes e inhibidores de RNasas (enzimas que degradan el RNA), y esta mezcla con saliva la calentamos a casi 100 grados Celsius por algunos minutos, y luego lo pasamos directo a PCR; es una innovación del proyecto”, resaltó.
En la elaboración del buffer participaron el estudiante de maestría Brandon Bustos García, así como las doctoras Silvia Garza Manero, investigadora asociada, y Nallely Cano Domínguez, integrante del equipo de la UNAM, y en colaboración con el doctor Santiago Ávila Ríos, se probó en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), con la saliva de setenta personas con COVID-19 positivas.
En este caso, el INER cuenta con un banco de salivas de pacientes COVID-19 congeladas. De ahí se tomaron las setenta muestras y se dividieron en dos: una parte se purificó de manera tradicional a través del método avalado por el Instituto Nacional de Salud Pública, y la otra con el material desarrollado por los investigadores. Se compararon los resultados y la correlación fue muy favorable.
“En la cuarta ola de enero 2022, realizamos pruebas al personal de nuestro Instituto dos veces a la semana y ello permitió identificar muchos casos con y sin sintomatología”, detalló el especialista.
Tras concluir el proyecto, dar a conocer los resultados y la composición del material, el investigador universitario informó que el trabajo que auspició la SECTEI fue aceptado para publicarse internacionalmente en la revista Vaccines, de la editorial MDPI, publicación indizada de libre acceso.
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