Han empezado los despidos de personal de Transporte y ambulancias, lo que repercute en la atención inmediata a accidentados.
En uno de los momentos más difíciles, sobre todo en materia de salud, que ha vivido nuestro país, la Cruz Roja Mexicana atraviesa por grave crisis económica debido a la drástica reducción de donaciones, que la pone en riesgo de cerrar sus instalaciones, en un momento en que más la necesitamos.
Paramédicos de la benemérita institución comentaron que en la semana reciente, fueron despedidos 50 elementos del área de Transportes y Ambulancias de la Cruz Roja sede central.
Agregaron que, este viernes solo salen tres o cuatro ambulancias por turno, lo que complica la atención de servicios de urgencias por la regionalización de la Ciudad de México. Al menos un 70 por ciento de los socorristas en la CDMX han dejado de desempeñar sus funciones en la organización.
Especificaron que se complica la atención de urgencias médicas en la zona poniente de la Ciudad de México, en Atzcapotzalco, Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, que le corresponde atender a la Cruz Roja, incluso en el C5 del gobierno capitalino, personal del ERUM y del CRUM, NO atienden esos servicios porque no les toca, porque, dicen, no les corresponden esas alcaldías.
La sede central de la Cruz Roja Mexicana es un hospital-escuela y, al parecer, cerrará sus puertas, por lo que esta crisis no solo está afectando a la institución, sino también a médicos internos de pregrado y de residencia que realizan su especialización ahí.
Estos médicos están desesperados buscando en qué hospitales los pueden recibir para continuar con su formación profesional.
El Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, ubicado en la colonia Polanco, no le pide nada a un hospital privado en atención médica, atención a familiares e instalaciones. Ahí se realizan cirugías no solo de trauma, sino en general, a costos accesibles y en un ambiente que, tanto enfermos como familiares, siempre son arropados por todo el personal.
Los mexicanos, todos, tenemos la obligación moral de rescatar a una de las instituciones de salud que ha salvado a miles de personas, pese a sus limitados recursos económicos, y que en este momento de crisis nos necesita.
Cabe destacar que, en Acapulco, Guerrero, en el recibo de consumo de agua a los usuarios se les hace un cargo, presuntamente para la Cruz Roja. Sin embargo, al parecer ese dinero no llega a la institución pues sus condiciones son muy pobres, lo que evidencia que el Gobierno municipal y estatal no la apoya, pero sí lucra en su nombra.
Foto: Archivo
