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Derechohabientes y médicos del Hospital General de Zona 21, en León, Guanajuato, víctimas del “austericidio” de la 4T

Saturan a médicos de pacientes y en la mayoría de las ocasiones decenas de enfermos se quedan sin consulta.

LEÓN, Gto.- El servicio en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cada día está peor, mientras el titular Zoé Robledo le miente a todos asegurando ahorros, abasto de medicamentos, organización y hasta suficiencia en médicos y enfermeras.

De igual forma, el Sindicato del que nada bueno se puede decir ya que su dirigencia y estructura solo se preocupan porque las cuotas sean descontadas de manera puntual a sus agremiados, la suerte de éstos los tiene sin cuidado y solo ven por amigos y familiares. Un Sindicato que vive del esfuerzo de sus agremiados sin pugnar porque las condiciones laborales sean las mejores.

Ni a Zoé Robledo ni al Sindicato les importa que los pocos médicos con que cuenta el IMSS tengan sobrecarga de trabajo, que los pacientes los insulten y hasta amenacen porque en reiteradas ocasiones no alcanzan consulta debido a que a cada médico le asignan 20 pacientes en cada turno de consulta. 

Y, como siempre, el derechohabiente, al que también le descuentan sus cuotas puntualmente, es el que termina pagando las consecuencias de la corrupción y pésimo manejo del IMSS, con el deterioro de su salud y en muchas ocasiones, con su vida.

Un paciente compartió con DeReporteros, el viacrucis vivido para obtener consulta. “Soy jubilado y paciente de traumatología del Hospital General de Zona clínica 21 de León, Guanajuato, y recientemente he tenido que sufrir un viacrucis por la terrible organización que tienen en este servicio y donde nadie soluciona nada, al contrario nos hacen dar más vueltas.

Tuve una cita en turno matutino con una doctora, estuve como tres horas esperando y al final me dicen que no me atenderán porque me citaron mal, como si fuera un paciente “extra” a los que tienen que ver. Me mandaron con la que según es jefa de servicio una doctora Lourdes Vargas Moreno, que también tardó mucho en atenderme y solo me dio un papel que decía que ahora me vieran en la tarde. 

Me esperé más horas todavía y en la tarde las señoritas que son asistentes y reciben tarjetas me mandaron con una señora Fabiola Torres Padilla, quien para empezar tenía la oficina cerrada, estuvimos otras personas y yo tocando un rato, hasta que abrió y el lugar olía a comida, la señora según esto me puso la cita en ese momento con otro médico, el doctor Bautista, así que nuevamente estuve esperando horas mi consulta, para que igual que en la mañana me dijeran que NO me van a atender pues resulta que a los médicos les citan más de 20 pacientes al día y me explicaron que es imposible atender a esa cantidad de pacientes en la consulta ya que ellos también van a ver pacientes en piso, y que sus jefes y dirección ya están enterados y no hacen nada por resolver el asunto, que incluso deben ver menos de 20 pacientes y se les anotan más. 

Me enseñaron cómo la señora Fabiola me metió en un horario que ni existe para consulta y nadie le avisó al doctor, así que me regresé con ella a cuestionar todo esto y sólo me comentó que el doctor tenía que verme porque así decía el papel y que porque ella me había agendado horas antes y que fuera con la directora del hospital, una doctora Santa Vázquez, subí a perder mi tiempo nuevamente para que un asistente afuera pasara mi recado y solo me mandara decir en nombre de esta doctora que “me tienen que ver”, sin preocuparse de mi caso, sin revisar si es correcto que agenden así a los pacientes.

Yo, como jubilado, entiendo ciertas cosas que no deben ser, hacen falta muchos médicos traumatólogos, ni siquiera nos revisan ni nos escuchan porque afuera está toda la gente amontonada que tienen que atender, alguna vez me habían llegado a poner inyecciones en mi rodilla para mejorar el dolor, ahora ya ni eso, porque no les da tiempo, me dan medicina para tomar y ya. 

La doctora de la mañana y el doctor de la tarde me dijeron lo mismo, que me citaron mal, “extra”, a la mera hora, que tenían que ver 18 pacientes máximo y me enseñaron la lista y había más de 20 y ahí estaba yo. Entiendo todo esto pero a todos los jefes y los que agendan les vale el tiempo de uno, solo se quieren deshacer de nosotros diciendo que ya lo resolvieron, desde la que es según jefa de servicio que solo me da un papel y la señora que estaba comiendo y solo me agendó en tres minutos, como si ya hubieran resuelto todo y son puras mentiras. 

Los médicos no sabían nada, y tampoco es correcto agenden gente de más solo por librarse de nosotros cuando saben que está mal. Nos explican cosas que su “plataforma” de citas no funciona como si a uno le importara, si no funciona pues que la arreglen, que los directivos que están ahí sentados y hasta comiendo ayuden a los médicos a resolver las cosas y se hagan las cosas bien.

Ya he tenido citas previas y siempre me atienden con prisa, tienen en fila todos los expedientes de gente que les falta ver, es mucha gente y pocos médicos, queremos atención de calidad con tiempo suficiente para que nos revisen, no que nos vean corriendo porque citan el montón de gente a lo tonto. 

Por eso pido a las autoridades, al delegado del IMSS Marco A. Hernández Carrillo vayan un día y comprueben todo esto, gente amontonada, sin sentarse, mal citados, los traumatólogos ocupados que ni siquiera es fácil entrar a preguntar algo, y las que agendan y los directivos solo diciendo que es culpa de los médicos y de las computadoras que no funcionan, esa clínica siempre es un desastre en todos lados pero este servicio se lleva lo peor.

No entiendo la política de salud del presidente López Obrador, de destinar miles de millones de pesos para pagar presuntos médicos cubanos, y no invertir ese dinero en contratar médicos mexicanos. En nuestro país tenemos muchos médicos, especialistas y muy buenos, pero el malinchismo de este gobierno y la complicidad del sindicato, no les dan oportunidad y todo en detrimento de los derechohabientes que sostenemos al IMSS con nuestras cuotas”, concluyó.

Foto: Archivo

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