Cuando me integré al equipo de Prensa de Sandra Cuevas en la Cuauhtémoc, la raza me preguntaba: ¿ por qué llegar tan temprano a los eventos?
Y es que buscaba salir una hora antes a cosas que tendrían que ocurrir dentro de la demarcación. Ellos preferían salir unos minutos antes, sin importar que se hiciera tarde.
Muchas veces les comenté que era, quizá, una deformación profesional que me había dejado 35 años de hacer periodismo.
Claro, uno no podía regresar a la redacción y decir: «no llegué a tiempo», «Se me hizo tarde», «ya había terminado» o cosas así. Nos hubieran corrido. Porque cuando llegué a La Prensa, en sus buenos tiempos de cooperativa, así era. De la noche a la mañana te podían decir: «mañana ya no vengas» y a nadie se le ocurría demandarlos o enfrascarse en una pelea legal, ni modo al otro día a buscar trabajo.
Pero, creo, era una forma en que aquellos periodistas de la vieja guardia nos enseñaron el valor de ser puntuales, de cumplir con el trabajo, pero sobre todo de lograr lo que entonces conocimos como una exclusiva.
Llegar primero a un lugar daba tantas ventajas, que no ven los que no se han fogueado en el periodismo de a pie.
Puedes agarrar primero al funcionario, colocarte en el mejor ángulo para tus fotos ,o ahora video, te da tiempo de desayunar, jejeje, o logras conversar con alguien, diferente a los que llegan barriéndose y tienen que preguntar si ya dijeron esto o aquello.
Llegar antes otorga el beneficio de ver quién llega, cómo llega, con quién llega, etc… ya saben como dijo un día don Ernesto Canales Santos, al presentar su libro «hay Justicia» y le preguntaron por qué estudio Derecho y respondió, «porque nos gusta el chisme»; pues lo mismo los periodistas.
A la mayoría creo nos gusta el chisme, y claro lo hacemos de manera profesional, y como los policías que tienen licencia para matar, nosotros tenemos licencia para preguntar y así impunemente nos metemos en la vida de la gente, que sin saber de pronto nos esta contando cosas que no preguntamos, ni queremos saber, pero pues nos dicen.
En fin, que antes de ir a la oficina de Metronoticias decidí cubrir un evento del amigo José Luis Flores Beltrán y su 16 Congreso Internacional de Transporte, puesto que somos una página de transporte.
Ahí me tienen, que iba caminando por la calle Guillermo Prieto como antaño cuando iba a la La Prensa y al pasar por el edificio de la OEM vinieron tantos recuerdos, que me detuve en la esquina de Gómez Farías y miré por unos momentos la mole de vidrio y acero que un día me dio cobijo.
Luego segui mi marcha hasta el número 76, ingresé pregunté. Para mi sorpresa los vigilantes no tenían idea de qué les hablaba, revisé de nuevo la invitación por whatsapp. Lo que llamó mi atención es que decía martes y es jueves, entonces vi la fecha y para parecer natural hice como que hacía una llamada y sin despegar el cel de mi oido dije: «gracias me están respondiendo» claro, me salí con la pinche pena, jejeje sería en ocho días más, el 29 de abril de la siguiente semana.
Pues nada a caminar de nuevo al Metrobús pensando que pen…sante por andar siempre a las carreras, por no leer con calma….