*Propone un plan que se aleje de la improvisación en el sector
*Con Salinas de Gortari sí hubo crecimiento económico en el país
*Publica amplio análisis: Los hoyos del comercio exterior mexicano
JUAN GARCÍAHEREDIA
Ante los resultados «nada satisfactorios» para México en materia de comercio exterior durante 1991-2025, urge que el Gobierno federal cambie la estrategia en este sector con acciones inteligentes y haciendo a un lado la «improvisación», según informes del economista Arnulfo R. Gómez.
El catedrático de la Universidad Anáhuac, puntualiza que en los 34 años más recientes, la “estrategia” de comercio exterior de México ha estado basada en un liberalismo dogmático y la firma compulsiva de tratados de libre comercio con 52 países, adicionales al acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, (T-MEC) y, a pesar de los resultados nada satisfactorios, actualmente todavía se piensa en la firma de otros convenios comerciales.
En México hay un «débil esquema de exportaciones basado en la maquila», recalca el experto dejando ver que en su momento fue publicado un Decreto de la Industria Maquiladora para regularla, «pero sin programas que la promovieran».
Esa deficiencia se acentuó con la frase «la mejor política industrial es la que no existe», proferida por el otrora secretario de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche, en febrero de 1989, durante una reunión de consejeros comerciales, conforme a Arnulfo R. Gómez.
Afortunadamente -añade-, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari enmendó la página con la publicación del Programa Nacional de Modernización de la Industria y el Comercio Exterior en 1990, dando origen a la desregulación de sectores clave de la economía mexicana, entre ellos el autotransporte federal de carga, turismo y pasajeros; patentes y marcas; cogeneración y autoabastecimiento de energía eléctrica; inversión extranjera, medicamentos genéricos y eliminación del control de precios.
«El periodo iniciado por el licenciado Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) ha sido el único en que ha habido crecimiento económico en los 40 años más recientes». Sin embargo, al terminar el gobierno salinista siguió la administración a cargo de Ernesto Zedillo, donde hubo enormes y múltiples desaciertos que se iniciaron con el denominado “error de diciembre” de 1994, en base a datos del también nieto nieto del general Arnulfo R. Gómez, revolucionario y candidato a la presidencia de México por el entonces Partido Nacional Antirreeleccionista en las elecciones de 1928.
De acuerdo con el especialista, en materia de comercio exterior la actuación del gobierno zedillista (1994-2000) «fue deprimente». Y es que entre 1994-2000 era prioritario diseñar una estrategia y crear una plataforma exportadora sólida para aprovechar las ventajas previstas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); sin embargo, solo fue instaurada una «masa» enorme de funcionarios en el Banco de Comercio Exterior (Bancomext) que en el año 2000 era de 605, «la mayor parte de ellos, recomendados y sin conocimientos del comercio exterior mexicano», subraya.
Adicionalmente, México negoció acuerdos comerciales con Bolivia, Colombia, Venezuela y Costa Rica, en lugar de definir una estrategia para posicionarse en el TLCAN: luego han sido firmados tratados de libre comercio con otros 48 países. «Esto generó una enorme dispersión de esfuerzos y el debilitamiento de nuestras fortalezas, lo que se manifiesta en el creciente número de países con los que registramos un déficit comercial», expone Arnulfo R. Gómez.
«Esta situación fue empeorada aún, con una incoherente desgravación arancelaria unilateral que franqueó el acceso de numerosos productos de cualquier origen a nuestro mercado, hecho que Canadá y Estados Unidos han considerado extraordinariamente tóxico, especialmente con China y el resto de países de Asia», menciona el economista en un análisis titulado «Los hoyos del comercio exterior mexicano».
Por otra parte, explica que el TTP-11 (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico) ha sido el acuerdo más dañino para México, ya que durante el periodo 1993-2017 registramos un déficit creciente de 131,036 millones de dólares, como consecuencia de la nula competitividad de México.
Así pues, Arnulfo R. Gómez destaca, entre otras cosas, que el fracaso de la política de comercio exterior de México ha sido originado por la improvisación y simulación que caracteriza a los dirigentes de este sector, provocando la ausencia de acciones inteligentes y complementarias que permitan mayor competitividad y la adaptación al nuevo marco que regula las relaciones con los socios comerciales.
«Esta penosa situación sólo podrá ser superada con el diseño de una estrategia realista, lejos de los modelos, teorías y dogmas que han prevalecido en la conducción de nuestro comercio exterior a base de improvisación y simulación, debido al desconocimiento de su operación real, así como la del comercio internacional por parte de nuestros altísimos funcionarios», manifiesta el exconsejero comercial de México para los Países Escandinavos y el Benelux (Unión Económica de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo).
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