Por Antonio De Marcelo Esquivel
Eran los años 80 más o menos cuando fui a la Secundaria Técnica 23, allá en Granjas Valle de Guadalupe, luego «por bien portado» a la federal en la Zapata, depués a la CEU PREPA 3.
Entonces mis ansias de músico eran latentes, escuchaba a Los Ramones y a los Sex Pistols y claro Kiss, Ted Nuget y otras bandas, aunque era obligado Black Sabbath con su vocalista Ozzy Osbourne, entonces leía con mi primo Raúl la revista Conecte donde aparecían fotos de los grupos de rock del momento y por supuesto estaba de moda llevar botones de tus bandas favoritas en la chamarra.
Pero no había dinero, así que cortabamos un pedazo de cartón, le pegabamos la foto y forrabamos con hule cristal y para terminar un seguro metálico en la parte porsterior y listo.
Yo no tenia chamarra, pero mi primo se agenció una de cuero por ahí, creo que era de niño, pero a él por su talla le quedaba ahí más o menos, se la arremangaba y listo; luego me la prestaba para ir a dar el rol por la colonia.
Yo era flaco, un poco más alto y los brazos más largos, así que imagino que era más bien una caricatura de rockero pues me quedaba a media espalda y arremangada creía que la libraba, pero no importaba me sentía rocker.
Por esa época tocaba el Tri en casas con patio grande y bandas locales del rock nacional como TNT y hasta los del Fusil (la del Simón) porque tocaban puros fusiles decían, no importaba con qué hicieran un ruido infernal de punk estaba bien, no éramos muy exigentes.
Luego no se dónde me agencié una gabardina y fue como mi uniforme hasta que me la robaron del tendedero, del pantalón de cuero, que hice con puros retazos creo que ya les conté alguna vez.
Eran tiempos buenos, música rock y un poeta en ciernes por las calles de la colonia Estrella en Ecatepec.
Me llega ese recuerdo hoy que mi alma rockera esta de luto con la muerte de Ozzy Osbourne.
Nos vemos en el maldito infierno…