Sebastián Godínez Rivera
El presidente chino, Xi Jinping, invitó a varios jefes de Estado para conmemorar los 80 años del Día de la Victoria, cuando venció a Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los principales diarios del mundo focalizaron su atención por la asistencia del presidente ruso, Vladimir Putin y el dictador norcoreano, Kim Young Un, quienes destacaron su apoyo al mandatario chino.
El desfile fue una muestra del músculo armamentista y un claro mensaje para Estados Unidos, el orden unipolar se terminó y China aspira a construir su zona de influencia. China, que desde el triunfo de la Revolución en 1949 con Mao Tse Tung, aspiró a la construcción de un modelo que sobrevivió al colapso del socialismo real.
El gigante asiático es un Estado autoritario, con un régimen de partido único y con una economía de libre mercado que crece entre el 12% anual y el 8% en crisis. Xi Jinping se ha convertido en el nuevo Mao que desafía no sólo la hegemonía rusa, sino que ha tendido la mano a los regímenes autoritarios de Asia. Su lista de invitados no se limitó a Putin y Kim, sino a monarcas, presidentes y militares que ejercen el poder.
Cabe destacar que Asia desde el siglo XX ha tenido una gama de autoritarismos que persisten hasta nuestros días. Desde occidente se teorizó que el derrumbe del socialismo real conllevaría a la apertura de los regímenes socialistas y con ello a la democratización. China es el mejor ejemplo de que el régimen unipartidista no solo sobrevivió, sino que adoptó las reglas del libre mercado para competir.
La lista de invitados está integrada por dictadores, presidentes, primeros ministros y monarcas. El acto no fue solo para mostrar su poderío, sino que aglutinó a varios líderes autoritarios del mundo, los cuales pareciera que hoy están más unidos que nunca.
De América, solo asistió el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel,quien es heredero de la dictadura castrista, primero bajo el mando de Fidel Castro (1959-2008) y Raúl Castro (2008-2018). La isla vive bajo un régimen de partido único, donde el Estado controla la vida pública y privada; los derechos humanos no se respetan y la sociedad sobrevive con menos de un dólar al día.
También asistieron líderes europeos, como Alexandr Lukashenko de Bielorrusia quien es considerado el último dictador de Europa. Ha gobernado bajo un régimen sultanístico, es decir, con un excesivo personalismo del líder,la corrupción sirve como engranaje del sistema político y familiares tienen puestos en el gobierno, de acuerdo a la definición de Linz.
Lukashenko ha gobernado desde 1994 condenando las sanciones de la Unión Europea contra Rusia por la invasión a Ucrania. El autócrata recientemente descartó buscar otro mandato en 2030, puesto que a sus 70 años ya se siente cansado. Otros invitados fueron el presidente serbio, Alexsandar Vucic y el Primer Ministro eslovaco, Robert Fico.
Si bien, ambos personajes no pueden considerarse dictadores son catalogados como líderes iliberales que se consideran cercanos a Rusia y que se han alejado de la democracia liberal. Fico y Vucic se han promovido como socialdemócratas, sin embargo, desde que ejercen el poder han apostado por el autoritarismo, limitando la libertad de prensa, reprimiendo protestas, atacan al Poder Judicial y minimizan a la oposición.
Las democracia iliberales cada vez son más comunes en Europa, sin embargo, Serbia y Eslovaquia son de las naciones que más pasan desapercibidas. En el oriente del continente, el Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, se caracterizó por llegar al poder mediante protestas contra la crisis económica; sin embargo, en el ejercicio del poder su talante autoritario ha surgido.
Pashinyan ha amenazado con ahorcar y encerrar legisladores, debido a que han solicitado investigaciones en las cuales miembros de su gabinete están señalados por corrupción. Una característica del premier, es que es un pragmático y ha utilizado el lema “amante de Armenia” para definir su gobierno. Este se caracteriza por reformas económicas, estabilidad y también engloba sus amenazas contra líderes de la oposición o periodistas.
Entre los representantes de Asia Central se encuentran los presidentes de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev; Tayikistán, Emomali Rahmon; Kirguistán, Sadyr Kasparov; Turkmenistán, Serdar Berdymukhamedov; Azerbaiyán, Ilham Aliyev; Kazajistán, Kassym-Jomart Tokaye; y el Primer Ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif. Estos personajes han estado marcados por la falta de integridad en las elecciones, perseguir opositores, someter a la prensa, violación de derechos humanos y promueven el personalismo frente a la construcción del andamiaje institucional.
Los líderes mencionados con antelación son producto del derrumbe de la Unión Soviética y de la dependencia política; estas naciones son muestra de que la teoría de la transición y la democratización no aplicó para todos los países. Las propias características del sistema político, la élite, la clase política y la ciudadanía han permitido la continuidad de los autoritarismos.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, quien ha sido catalogado como parte del eje del mal por Estados Unidos, junto al jefe de Estado el Ayatola Jamenei. Luego se encuentran los presidentes de los países con regímenes de partido único, como China o Corea del Norte; Luong Cuong de Vietnam y Thoulon Sisoulith Laos que son cabezas de países que mantienen al socialismo como pilar de sus sistemas políticos, los cuales no son democráticos.
Otro personaje que asistió fue el Jefe Militar de Myanmar, Min Aung Hlaing; la historia de esta nación del sudeste asiático está marcada por los militares, lo cual hace que sea clasificada como una democracia pretoriana. Este concepto se refiere a países que no son autoritarismos, sin embargo, las fuerzas armadas tienen un peso importante en la política interior. Estas pueden jugar como factor de equilibrio para la democracia o en contra.
Myanmar sufrió un golpe de estado en 2021, en plena pandemia de Covid-19 y depusieron al gobierno electo. La junta se hizo con el poder, en consecuencia, limitó la libertad de expresión, se postergaron las elecciones y los derechos humanos fueron violados. Los militares que encabezan el poder, declararon que el país podría celebrar comicios el 8 de noviembre del presente año. También asistió el presidente de Indonesia, Prawobo Subianto, que construyó una imagen de abuelo tierno en redes sociales; pero su pasado, lo persigue ya que está acusado de encabezar los escuadrones la muerte durante el gobierno de Suharto (1967-1988).
Finalmente, Xi Jinping también tuvo invitados africanos, los presidentes de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa y de República del Congo, Denis Sassou Nguesso. El primero llegó al poder mediante un golpe de estado en 2017,contra el dictador Robert Mugabe quien llevaba en el poder desde 1987. Mientras que el presidente Nguesso se ha hecho conocido porque ha gobernado de forma ininterrumpida desde 1997, sin embargo, ya ejerció el poder desde 1979-1992.
El ejecutivo del Congo es uno de los que mayor tiempo lleva en el ejercicio del poder, imponiendo una dictadura que somete a todos los actores políticos de dicho país. Como podemos ver la lista es extensa, sin embargo, China fue centro de una pasarela de líderes autoritarios. Aunque asistieron pocos líderes democráticos, como los presidentes de Maldivas, Mongolia y Malasia; el rey de Camboya; y el Primer Ministro de Nepal, lo cierto es que los autoritarismos acapararon la alfombra roja.
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Para DeReporteros