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¿Sabías que puedes hacer composta casera en pequeños espacios?

* Con el aprovechamiento de desechos orgánicos es posible producir abono para fertilizar huertos o macetas en el hogar

Tener una composta en el hogar es ahora una posibilidad alcanzable, ya no requiere necesariamente de un espacio al aire libre, aseguró Karla Pelz Serrano, profesora investigadora del Departamento de Ciencias Ambientales de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En entrevista para el Semanario de la UAM, la doctora en Recursos Naturales señaló que en la actualidad existen contenedores pequeños diseñados para elaborar este abono natural en espacios pequeños y cerrados como un departamento.

Generar composta en casa contribuye a disminuir la contaminación de suelos, aguas y atmósfera, y enriquece los cultivos gracias al abono orgánico producido mediante la degradación microbiana controlada; ya sea en un jardín o al interior de una vivienda, los beneficios son los mismos, pues sirve para fertilizar un huerto casero o las macetas del hogar, destacó.

“La composta nos permite darle un segundo uso a los desperdicios que vamos produciendo. Si se hace en un espacio cerrado, se trabaja en contenedores pequeños adecuados, en los cuales se van acumulando los residuos en capas. Hasta abajo se coloca algún material natural como paja, residuos verdes o aserrín, luego se depositan los desechos orgánicos y se agrega agua para aportar humedad”, explicó.

La coordinadora de Estudios de la Licenciatura en Biología Ambiental detalló que para que una composta sea efectiva, es necesario cuidar los desechos depositados para mantenerla activa y sana. 

Los residuos de frutas y verduras son aptos para la composta; también las cáscaras de huevo, que deben romperse en pequeños pedazos. Los huesos de algunas frutas pueden complicar el proceso, sobre todo los duros o muy grandes, pues ralentizan la descomposición; en estos casos, la solución es cortarlos en pequeños trozos.

También es posible compostar el papel estraza, las servilletas o el cartón de huevos si se deposita en pedazos pequeños y no tiene nada impreso.

La doctora Pelz Serrano recomendó evitar el depósito de productos cárnicos, crudos o cocidos, “porque generan que otros microorganismos lleguen a descomponerlo y afecte al resto de los residuos”.

La composta requiere de cierta dedicación, como removerla cada tanto e ir agregando materiales secos como tierra de composta ya terminada, cartón o papel, que absorban el exceso de humedad para que sea más ágil el proceso de descomposición y se evite la proliferación de hongos y el mal olor. También es necesario que no se seque del todo, para evitar invasión de ácaros, hormigas u otros animales.

En las compostas al aire libre, es muy importante controlar la temperatura y la humedad. “En zonas frías, como Lerma o en el Valle de Toluca, los residuos van a tardar más en descomponerse, porque el metabolismo de los microorganismos trabaja a una temperatura elevada”. En temporada de lluvias, se suele crear techos con palmas u otros materiales naturales o, en su defecto, con plásticos que eviten que entre demasiada agua a la composta.

La especialista en Ecología y Biología Evolutiva resaltó que para compostas en lugares cerrados existen composteros de plástico o metálicos con una estructura similar a las revolvedoras de cemento, que ayuda a controlar la temperatura y la humedad dentro de la mezcla y propicia que los microorganismos puedan ir agilizando su metabolismo y descomponiendo los residuos. Una composta bien tratada no genera malos olores.

Una de las técnicas utilizadas para acelerar la descomposición de residuos orgánicos es la lombricomposta, pero su uso requiere más cuidado en los desechos depositados, pues ni la cáscara de huevo ni los huesos de fruta pueden ser procesados por las lombrices y les puede causar daño, advirtió Karla Pelz.

Por tanto, es fundamental promover normativas en los tres niveles de gobierno para que la separación de residuos tenga un verdadero propósito para su procesamiento; que se hagan grandes compostas para tratar los residuos orgánicos, y utilizar la tierra resultante en parques públicos o camellones con vegetación, como se hace en otros países, aseveró.

Foto: Cortesía UAM

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