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Morlino y los anclajes de la democratización

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Sebastián Godínez Rivera

Leonardo Morlino uno de los politólogos que destacó en el estudio de la calidad de la democracia y las transiciones, dejó este mundo el 18 de junio en medio de un mundo donde la institucionalidad, el pluralismo y las libertades se encuentran amenazadas por el ascenso de líderes autoritarios en todo el orbe.

En su obra destacan libros como Democracias y democratizaciones; Impact of the Economic Crisis on South European Democracies; Changes for Democracy; International Encyclopedia of Political Science; o Calidad democrática entre líderes y partidos por mencionar algunos. Sin embargo, para el estudio de las transiciones del autoritarismo a la democracia Morlino postuló la teoría de los anclajes como elementos que permiten la consolidación democrática o la supervivencia del autoritarismo.

El politólogo italiano concibió cuatros tipos de anclajes con sus respectivos subrubros, los cuales se aglutinan de la siguiente forma:

  1. El desarrollo de los partidos políticos  de acuerdo a la profesionalización, oferta política, el papel de la llamada élite partidista. En este primer elemento, Morlino concebía a los partidos como fundamentales para la democracia y su consolidación.

La profesionalización: entendida como el análisis de las estructuras organizativas estables, personal capacitado y recursos para operar de manera eficiente. Esto implica que parte de la militancia sea técnica, cuente con estrategias de comunicación y existen mecanismos para la toma de decisiones. En relación a la oferta política, una diversidad sólida permite a los votantes elegir entre alternativas reales y bien definidas.

Por último, la élite del partido hace referencia al papel de los líderes y dirigentes dentro de este, si estas son representativas, promueven la renovación interna y el nivel de compromiso con la democracia interna. Si estas no cumplen su papel, se mantienen anquilosadas y el pluralismo es incipiente, estos no abonarán al desarrollo democrático.

Su impacto en la democracia se traduce en la perversión y alteración de la  representación política, debilita la rendición de cuentas, ya que los vínculos se basan en lealtades personales más que en programas o ideologías.

La fuerza gobernante, si bien establece su agenda de nación también debe tener la capacidad para canalizar demandas sociales llegan a las instituciones, priorizando aquellas que se alinean con su agenda o base electoral. Por otro lado, la oposición ejerce un papel de vigilancia sobre el partido gobernante, canaliza demandas de otros sectores y debe ser apta para evitar que los grupos de interés capturen al Estado.

Morlino teorizó para estos dos actores el concepto de gatekeeper o portero, como barrera que evita la entrada de deseos particulares a la agenda pública y con ello se busca que las decisiones respondan al interés general. Por ejemplo, que empresarios, trasnacionales, sindicatos, crimen organizado u otros actores no se hagan con el control de las instituciones y quienes las encabezan para su beneficio.

Derivado del análisis realizado con antelación, Morlino formó cuatro categorías ligadas a la consolidación democrática, de acuerdo a las características de las sociedades:

Leonardo Morlino fue uno de los comparativistas más relevantes y que a través de su literatura y concepción analítica brindó las herramientas necesarias para el análisis de las transiciones a la democracia. Su partida sin duda deja un espacio en la Ciencia Política, pero sus aportaciones quedan para las generaciones de cientistas políticos que continuamos con el estudio de un mundo cambiante, incierto y en donde parece que la democracia fenece bajo los aplausos de las mayorías.

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