*Múltiples estudios lo demuestran; no cambian hábitos alimentarios
JUAN GARCÍAHEREDIA
Múltiples estudios muestran que los impuestos a las bebidas azucaradas no han reducido la obesidad ni disminuido las tasas de enfermedades no transmisibles, aseguró el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA, por sus siglas en inglés), ante la propuesta del Gobierno de México para elevar el gravamen a los refrescos en 2026.
«Gravar las bebidas azucaradas no cambia los hábitos alimentarios generales de las personas; aumenta los precios para las familias que ya enfrentan crisis de costo de vida en todo el mundo», expuso dicha organización con sede en Estados Unidos, la cual representa a la industria de bebidas no alcohólicas a nivel mundial.
«Insistimos -subrayó-, que lo que realmente funciona son esfuerzos significativos y coordinados entre gobiernos, industria, sector salud y consumidores en los mercados locales de todo el mundo, trabajando juntos para implementar soluciones basadas en evidencia».
Tras aclarar que apoya las políticas basadas en ciencia sólida y en la totalidad de la evidencia para combatir el desafío global del sobrepeso y la obesidad, la ICBA reiteró su disposición -y la de sus afiliados- para contribuir a los esfuerzos del gobierno de México en este propósito.
Sin embargo, ante la propuesta de incrementar y crear un nuevo impuesto a las bebidas en México, manifestó, en resumen, que esto contradice el objetivo compartido entre autoridades, personas e industria de reducir el consumo de azúcar y calorías.
Además, las Naciones Unidas en su principal foro sobre enfermedades no transmisibles y en múltiples conferencias ha descartado los impuestos a las bebidas; y la Organización Mundial de la Salud ha concluido que los impuestos a las bebidas azucaradas no son la medida de mayor costo-efectividad, puntualiza ICBA.
«La experiencia internacional -subraya- ha demostrado que no existe evidencia en el mundo real de que los impuestos a las bebidas azucaradas reduzcan obesidad u mejoren resultados en salud».
Por otra parte, ICBA menciona en un comunicado que, en los lugares donde los gobiernos imponen impuestos a las bebidas azucaradas, las tasas de obesidad y diabetes son las mismas o están aumentando. «Múltiples estudios muestran que los impuestos a las bebidas azucaradas no han reducido la obesidad ni disminuido las tasas de enfermedades no transmisibles», recalca.
Para citar algunos ejemplos y estudios, la agrupación manifiesta que el gobierno de Nueva Zelanda encargó una revisión independiente de 47 estudios, la cual determinó que los impuestos a las bebidas azucaradas no conducen a mejoras de salud medibles y que las reducciones en la ingesta de azúcar son demasiado pequeñas para impactar las tasas de obesidad o de enfermedades no transmisibles.
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