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Juan Vázquez Menor impulsa la dignificación y difusión de la artesanía mexicana

* Participante y consejero del movimiento ORIGINAL 

Heredero de una tradición que suma al menos cinco generaciones que se dedican al cultivo y tratamiento artesanal del bule mediante técnicas transmitidas y perfeccionadas a lo largo del tiempo, Juan Vázquez Menor es originario de Temalacatzingo, Guerrero. Fue parte del Consejo asesor del primer ORIGINAL Encuentro de Arte Decorativo y Utilitario.

Huérfano de padre desde los seis meses, fue su madre, Carmen Menor Ortiz, quien le enseñó tanto las labores del campo como los secretos del arte. Ella aprendió, a su vez, de sus padres, lo que asegura la continuidad de un linaje cultural que Juan hoy preserva y comparte con sus hijos y nietos.

El “bule” es un término común en México para denominar las ollas o cántaros acinturados o de silueta compuesta por dos formas globulares. Las calabazas, al secarse, se utilizan como recipientes. Además de bule, el fruto se conoce como guaje, o calabaza del peregrino, jícaro y porongo.

Trabajar el bule es una práctica milenaria y sustentable, que aprovecha recursos locales y conocimientos agrícolas tradicionales. Juan siembra las plantas en las primeras lluvias y cosecha en octubre, pero solo las piezas bien maduradas y macizas se destinan al trabajo artesanal. “El proceso de secado puede durar entre tres meses y un año, dependiendo del tamaño”, comentó Juan Vázquez Menor.

Técnicas tradicionales y pigmentos naturales

El maestro Vázquez emplea técnicas ancestrales para decorar y laquear sus piezas, utiliza pigmentos minerales y vegetales locales. La grana cochinilla, el xochipali, la bugambilia y otras flores se mezclan con aceite de chía para lograr colores vivos y resistentes.

“La chía la usaban nuestros abuelos como medicina, ahora la usamos también para pintar”, explicó. La combinación de naturaleza, conocimiento y paciencia es parte esencial de su arte, que busca preservar prácticas respetuosas con el medioambiente y la memoria colectiva.

La elaboración de cada pieza es un trabajo completamente manual. Muchas de las herramientas se diseñan y fabrican por el propio artesano para adaptarse a las formas únicas del bule.

El diseño es creativo y personal: observa la forma natural de cada fruto para decidir su destino final, ya sea alhajero, bolsa, recipiente, figura animal o pieza decorativa única. Algunas obras destacan por su simetría natural excepcional, elevando su valor artístico.

Compromiso con la memoria y el entorno

El taller de Juan Vázquez se conforma por diez personas, todas son familia. Tres de sus seis hijos se dedican de tiempo completo a la artesanía, mientras que los otros tres son profesionistas, gracias al sustento generado del oficio.

“Todos saben hacerlo, ya les pasé el conocimiento. Ahora depende de ellos continuar”, comentó con orgullo. Además, sus nietos participan y ayudan a documentar el proceso en video, lo que fomenta la preservación de la lengua náhuatl y el saber tradicional.

Muchas de las piezas que produce Juan Vázquez Menor plasman especies animales en riesgo de desaparecer o elementos del paisaje local, como aves y cactus. “Es para que no se olviden. Para que recuerden lo que había en nuestra comunidad. El arte es también una forma de cuidar lo nuestro”, concluyó.

En 2025, ORIGINAL crece para fortalecer el arte y la cultura de los pueblos originarios y afromexicanos, por lo que aumentan sus actividades y eventos. Así, del 16 al 19 de octubre, se llevará a cabo el encuentro textil ORIGINAL Yucatán, en el Centro de Convenciones Siglo XXI, de las 11:00 a las 22:00 horas.

Participarán 300 maestros artesanos quienes mostrarán huipiles, rebozos, tejidos en telar de cintura, camisas, blusas, vestidos bordados, gabanes, lanas, así como arte decorativo y accesorios. Mientras que en el Gran Museo del Mundo Maya se realizarán cuatro pasarelas en las que se presentarán alrededor de 180 piezas.

Fotos: Cortesía

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