Sebastián Godínez Rivera
El 21 de octubre el expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy ingresó en un penal de París para cumplir una sentencia de cinco años por financiamiento ilegal a su campaña. La justicia francesa lo señala de recibir financiamiento ilegal para su campaña de 2007, los fondos provenían del finado dictador, Muammar el Gadafi.
Sarkozy se convierte en el primer presidente de dicho país en ser encarcelado, demostrando que la justicia no está por encima de nadie. Cabe destacar que no es una sentencia definitiva, puesto que sus abogados apelaron la decisión, pero un juez ordenó su inmediato ingreso a prisión. Francia amaneció con la imagen del ex mandatario caminando al penal de La Santé acompañado por su esposa Carla Bruni, sus hermanos, hijos y nietos.
En sus redes sociales publicó un mensaje en el que señala la decisión judicial tomada de acuerdo a un documento falaz y sin sustento. Agregó que no es culpable y que no tiene miedo, pero que lamenta que Francia lo humille de esta forma, impulsada por el odio y la venganza. Concluye que dormirá en la celda con la cabeza en alto, porque no es responsable de nada; confía en que la verdad triunfará.
Algunas voces señalan que Sarkozy es el segundo mandatario que es encarcelado, porque Phillipe Petain quien encabezó un régimen colaboracionista con los nazis, la Francia Vichy fue condenado por traición. Sin embargo, recordemos que durante la invasión alemana a Francia, esta se dividió en dos, en la Francia Libre y la de Vichy. Juicios y tiempos distintos.
Volviendo al caso Sarkozy, de ser ciertas las acusaciones y si la justicia confirma dicha sentencia, no solo sería un escándalo. Sino que desnudaría el nivel de influencia económica de las dictaduras y de la correlación que tienen con los gobiernos de Europa Occidental. Esta relación, no es nueva, al contrario desde los procesos de descolonización africanos, los antiguos imperios como Reino Unido y Francia hicieron que los nuevos países generaran lazos de codependencia.
Se habla mucho de Sarkozy y el caso libio, pero también está el reciente caso de Emmanuel Macron y recién derrocado presidente de Madagascar. Por otro lado, el Reino Unido durante el siglo pasado presenció el ascenso de dictadores en la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) como Kwame Nkrumah en Ghana; o Jomo Kenyatta de Kenia que culminaron formalizando su salida de este organismo.
Sin embargo, la historia del país galo nos demuestra que hay otros presidentes y primeros ministros que fueron investigados por otros delitos, a pesar de que no cumplieron su sentencia. En 2007 el expresidente, Jacques Chirac, fue imputado por desvío de fondos para miembros de su partido, esto cuando fue alcalde de París entre 1997 y 1995. El político negó las acusaciones, afirmó que estaba listo para testificar y comprobar su inocencia.
En 2011 el Tribunal Correccional condenó al político a dos años de prisión por malversación de fondos, los cuales fueron utilizados para fingir contrataciones de personal en el ayuntamiento. La pena no llegó a cumplirse porque los jueces determinaron que su delicado estado de salud y la avanzada edad podrían agravarse con su llegada al penal.
Entre los personajes investigados se encuentra el ex primer ministro de Sarkozy, Francois Fillon. Condenado a 5 años de prisión al igual que su esposa por apropiación indebida de fondos públicos, complicidad y encubrimiento. La sentencia determinó que debe cumplir con tres años de prisión en suspenso, deberá pagar 375.0000 euros y está inhabilitado para presentarse a competencias electorales durante diez años.
El escándalo se desató cuando investigaciones periodísticas del diario Le Canard Enchainé publicaron que su esposa e hijos habían ganado un millón de euros cuando trabajaron como asistentes parlamentarios. El tema afectó su imagen en 2017, ya que compitió por la presidencia de Francia; el escándalo, fue nombrado como PenelopeGate por la prensa.
Otros casos de corrupción europeos
Francia en los años recientes ha encontrado diversos casos de corrupción los cuales han puesto en jaque a la élite política. No obstante, no es el único país que ha abierto investigaciones contra funcionarios de alto nivel. Al menos en Europa hay 8 naciones las cuales han enjuiciado y encarcelado a los primeros ministros y/o presidentes, me refiero a Ucrania, Rumanía, Moldavia, Serbia, Georgia, Macedonia, Croacia y Armenia.
Serbia ostenta el primer lugar; durante los años noventa desapareció la República yugoslava aglutinaba varias naciones de la zona balcánica. Los casos expuestos a continuación abarcan toda la historia como país independiente y mientras fue confederación con Montenegro y con Bosnia. Slobodan Milosevic fue condenado por crímenes de lesa humanidad y genocidio durante la guerra de los balcanes.
El ex primer ministro Milan Milutinovic fue absuelto por crímenes de lesa humanidad, gobernó entre 1997 y 2002; el jurado determinó que él no tenía el control del ejército y que era una “figura decorativa». Se determinó que el poder era ostentado por Milosevic. El ex presidente Svetoar Marovic fue arrestado y condenado por abuso de poder y corrupción al comprar cascos y chalecos antibalas a precios inflados.
Radovan Karadzic fue presidente de la República Srpska (Serbia-bosnia) fue acusado de crímenes de lesa humanidad y genocidio. En Macedonia, el primer ministro Nikola Gruevski fue encarcelado por lavado de dinero; mientras que Vlado Buckovski que ejerció el mismo cargo fue encarcelado al ser señalado de tráfico de armas.
En Rumanía tras la caída de la dictadura Nicolae Ceausescu fue arrestado y condenado a ser fusilado en 1989. Mientras que en 2014 el primer ministro Adrian Naste fue condenado por sobornos al ex cónsul rumano en Shangai para adquirir productos chinos a bajo costo. En la vecina Ucrania la ex primera ministra Yulia Tymoshenko fue condenada por exigir que una empresa de gas ucraniana firmara un acuerdo en esta materia con Rusia.
Mientras que el primer ministro, Mikola Azarov y el presidente Viktor Yanukobvich fueron condenados por la justicia, porque permitieron la anexión de Crimea a Rusia. Ambos fueron señalados de encabezar políticas favorables hacia Moscú. En el cáucaso, Georgia, también ha hecho lo suyo con primeros ministros y presidentes.
El expresidente Mikheil Saakashvili fue detenido en 2021 por bloquear dos investigaciones sobre corrupción en el cual aparecía señalado. Mientras que en 2014 el primer ministro, Vano Merabishvili fue condenado por abuso de poder cuando reprimió protestas en ese país en 2012; además, fue imputado por corrupción tras crear cargos falsos en su partido político durante los comicios de 2013.
En Moldavia, el ex primer ministro Vlad Filat fue condenado a prisión por abuso de poder cuando reprimió protestas de la ciudadanía que exigió respuesta por la desaparición de mil millones de dólares del sector bancario. En Armenia, el expresidente Robert Kocharian, fue condenado por subversión del orden constitucional. Una marcha opositora consideró las elecciones fraudulentas, el gobierno reprimió dejando 8 manifestantes y 2 policías muertos.
En Croacia el primer ministro, Ivo Sanader, dimitió al gobierno por presuntos casos de corrupción, nepotismo y peculado. El Tribunal Supremo lo encontró culpable de recibir un soborno en 2008 cuando organizó la venta de un edificio. Su historial de sobornos se ensancha cuando se mencionan a la empresa húngara MOL, el banco austriaco Hypo Alpe Adria y la empresa energética croata INA.
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