Por: ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ
Cualquier hombre, a la vuelta de la esquina, puede experimentar la sensación del absurdo, porque todo es absurdo
Albert Camus
Los que hoy son gobierno, cómo se desgañitaban con la propuesta, primero de Felipe Calderón y luego de Enrique Peña Nieto, de darle más atribuciones al Ejército para el combate al narcotráfico, el “huachicol” y otros delitos.
Ahí están las fotografías de los entonces opositores con sus pancartas con la leyenda “No a la militarización”. Pero bien reza el refrán: “no es lo mismo ser borracho que cantinero”, y cuando llegaron al poder hicieron todo lo contrario. Crearon la Guardia Nacional y le dieron un mando civil, pero al frente colocaron a un militar en retiro, y luego, de plano, pasó a que los militares tuvieran el mando.
Aunque no les guste reconocerlo, entonces Calderón y Peña Nieto no andaban tan errados con sus propuestas. Así, el Pejelagarto gobernó con las fuerzas armadas, les dio poder y más recursos, los hizo empresarios y constructores, les entregó la administración de aeropuertos y aduanas. Luego terminó defendiendo y premiando a Salvador Cienfuegos, quien fuera secretario de la Defensa con Peña.
Aquí lo escribí hace un año: en el ocaso del sexenio de López, su peor herencia al pueblo de México es haber dejado un país militarizado, con mucho poder y poca contención. Ahí queda el escándalo del “huachicol fiscal”, donde marinos están involucrados; aunque la institución goza de buena imagen, es un caso emblemático de quienes administran las aduanas y los mandos mayores.
Hace unos días se cumplieron once años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Según las investigaciones, miembros del Ejército habrían participado en aquellos hechos. Según investigaciones periodísticas —incluidas las de algunos que son propagandistas del régimen— hubo encubrimiento.
Para Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez, uno de los 43, ni antes ni ahora se ha obligado al Ejército a entregar la información y con ello poder llegar a una conclusión. Aunque la esperanza no se pierde, entiende que con la militarización y un nuevo Poder Judicial, desafortunadamente estamos lejos de una respuesta.
De nuevo, la peor herencia —y solapada por sus seguidores— es la militarización del país. Esa es una mala combinación, y ejemplos hay varios en América Latina. Hay que mirar a Venezuela… pero mejor ahí la dejamos.
Entre palabras
La Ciudad de México no ve la suya con las lluvias, los baches, el Metro, la inseguridad. Pero las facturas y los reclamos ya se les están presentando, sino vean a la alcaldesa de Iztapalapa que tuvo que salir por piernas, los ánimos se calentaron porque vecinos de la demarcación sienten que los han abandonado ante las inundaciones.
¿Qué pasó con aquello que el pueblo bueno los cuida?
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Hasta la próxima.
De
Para DeReporteros