No»La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que no se echaría un tuyo-mío-te lo presto con Sheinbaum)
A estas alturas, sabemos perfectamente cómo reacciona la gerentA de la presidencia cuando alguien traspasa sus fronteras personales. El día de la toma de posesión, un aprontado diputado de la manada quiso hacerse una autofoto con la ñora, misma que con un manotazo como de Jackie Chan lo mandó a ondear changos por la cola; en otra ocasión, en una camioneta, le tocaron el cabello y querían impedir que cerrara la puerta del vehículo. ExcelsA respondió con furiosa orden de que el atrevido quitara la mano y luego se fuera a la txingada.
Con lo anterior, quiero decir que a la títere nadie más le mete mano como no sea el mesías, pues algún otro machín de este planeta le merece inmediato repudio, que demuestra a la velocidad de la luz (no la de la CFE del bienestar, pues entonces habría apagones de carácter). AMLO la puede traer como manojo de hediondilla, empujarla, torcerle el brazo, obligarla a seguir su mismo camino haciéndole la llave china en su receco pescuezo, y ella se queda calladita. Otro güey, Largo el Zombie Marital incluido, encararía inmediata furia de nuestra SeñoritA Autoritarismo 2025.
Por eso llamó la atención que en el chapoteo de pueblo que montó Sheinbaum junto a la Chuchis Ramírez Cuevas, el tipo que la «acosa» llega, la besa, la abraza y la sabrosea con toda calma y con la anuencia de la doña. Nomás le faltó decirle: «te doy media hora para que dejes de hacer eso», y que el acosador le dijera: «¿’Tons qué, mi reina, a qué hora sales al pan?». De repente, Sheinbaum se acordó que debía permanecer en el papel y, con una sonrisota, rechaza al califas que tiene filia por las momias de Guanajuato. Allá al rato, es que por fin detienen al chacalón por el delito de calenturas no negociadas con la dueña de la anatomía. Peeero, en el siguiente acto de la agenda, que fue en la SEP, la Cheinbaum no tiene, ni de broma, cara de una mujer que acaba de pasar una humillación con un hombre calenturiento que estuvo tocando su cuerpo sin permiso ni consentimiento.
De este punto para acá, ya escuchamos el coro de plañideras decir: «¡La científicA fue acosadA por un Homo Erectus lleno de colágeno, ella es víctima, probecita!» Porque de eso se trataba: que la autoritariA pasara por víctima ELLA, no el cada vez más grande tsunami de consecuencias del cobarde asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo.
Pero a Cheinbaum se le olvidó que tiene por autor de sus montajes a la Chuchis Ramírez Cuevas, y que como conspirador es, digamos, medio pendejo para eso de hacer montajes, como se vio con los que le hizo a su anterior patroncito, el haragán que lo volvió multimillonario. Nadie se creyó, y basta ver el video, el «acoso» con la «víctima» risa y risa.
Fuera de que ahora sí las mujeres -o las cosas que por eso pasan en la secta- salieron a clamar justicia para la presidentE, cuando esas mismas nada hicieron por defender mujeres de los incontables abusadores y violadores que hay entre sus filas («¡No estás solo!», gritaron estas hijas de la Pájara Peggy en sus porras a Cuauhtémoc Blanco, ex gobernador de Morelos acusado por su media hermana de un intento de violación).
El feminismo de la secta es muy curioso. Las víctimas defienden a los marranos de pirrín inquieto, mientras no se la piensan para hacer pedazos la reputación de cualquier mujer que se atreva a criticar al Peje, a la Cheinbaum, a la secta o a cualquier cosa que se refiera a Morena.
Volviendo a los montajes balines de Palacio Nacional, caer en el recurso de inventar un acoso a la marionetA con tal de querer tapar el candente tema del asesinato de Carlos Manzo ha sido, con mucho, uno de los recursos más bajos y vulgares en los que ha caído este desgobierno que no conoce límites a la hora de hacer el ridículo ni de caer más bajo de lo bajo, pues siempre hay más abismo qué explorar.
En redes, nadie se creyó las versiones del oficialismo, y las sospechas comenzaron tan pronto se vio el famoso video del califas con la encargadA de despacho. La reacción no es la que ella tiene para todo: enojarse, gritar, echar madres y descalificación inmediata de todo y de todos.
Tanta exhibida para que no sólo no cambiara el tema importante, si no que se quemó a lo menso con su montaje del bienestar, jugando con un tema muy sensible para la mayoría de las mujeres de esta especie de país.
Vas muy bien, resecA. No cambies.
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