PAMPLONA, España.- Este miércoles, antes del encierro de toros en el Festival de San Fermín, docenas de defensores de los animales de PETA, PETA Latino y de la agrupación española de protección animal, AnimaNaturalis, se adornaron con poco más que “cuernos” y velos rojos hasta el suelo en el corazón de Pamplona en un impulso para que la ciudad retire las sangrientas corridas de toros.
Con carteles que decían “Pamplona: violencia y muerte contra los toros”, los activistas pretendían rendir homenaje a los animales que cada año son perseguidos por las calles locales hasta su muerte en la plaza de toros, mientras piden el fin del derramamiento de sangre anual.
“Cada año, los toros son obligados a correr por las estrechas calles de Pamplona solo para ser apuñalados y asesinados para una audiencia en la plaza de toros”, dice la vicepresidenta de PETA para Europa, Mimi Bekhechi. “Este espectáculo medieval es una mancha para la reputación de Pamplona; y PETA, y todas las demás personas decentes en España y en otros lugares están pidiendo que se detenga la crueldad”.
Más de 125 pueblos y ciudades españolas han rechazado el tormento y la matanza de toros para entretenimiento, pero en Pamplona, estos sensibles animales siguen sujetos a la confusión y el terror y corren el riesgo de lesionarse al chocar contra barreras y muros, caerse y romperse las piernas, o colisionar entre sí. Una vez en la plaza de toros, hombres se burlan y apuñalan a cada toro con una lanza y varias banderillas en forma de arpón antes de que el matador apuñale con una espada al animal exhausto. PETA ofreció previamente al alcalde de Pamplona 298 000 euros para cancelar el encierro de toros; oferta que sigue en pie.
PETA Latino, cuyo lema dice en parte que “los animales no son nuestros para usar para el entretenimiento”, se opone al especismo, una visión supremacista del mundo.
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