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Ni a cual irle!

Columna Original y Copia

Por Martín de J. Takagui

Parecieran ingenuos, en política todos pueden parecer ingenuos, pero realmente nadie debería serlo.

Jorge Romero, presidente nacional del Partido Acción Nacional convocó al relanzamiento de ese partido que nació para ser la oposición del PRI diez años después de que el tricolor ya gobernaba. Llamó al relanzamiento del PAN, ahora como un partido al que cualquier persona, incluso los criminales, pueden aspirar a ser candidatos, porque solamente basta con decir quiero ser, para entrar a la competencia, aunque nadie los conozca o aunque no tengan ninguna experiencia política.

No imaginan lo que están haciendo, en primer lugar, van a depreciar o abaratar las candidaturas, de por sí los niveles de los políticos en la actualidad no son de primer, ni de segundo ni de tercer mundo, pero ahora podrán ser peores… Y nos quejábamos de la forma en que se eligió a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en una tómbola.

Por otra parte, hablan de un relanzamiento, en donde no se observa la base ideológica, mediante la cual van a tratar de convencer a los ciudadanos de lo que estarán ofreciendo como partido político interesado en guiar los destinos de una nación que tiene a 130 millones de personas y cien millones de ciudadanos.

Es increíble que se organice todo un tinglado, se monte un escenario, se recorra el Paseo de la Reforma y vuelvan a ese mismo lugar en el que hace 86 años Manuel Gómez Morín y muchos de sus amigos crearon al Partido Acción Nacional en el mismísimo Frontón México.

Del actual presidente del PAN, Jorge Romero, lo único que escuchamos es que el PAN se abre de capa en favor de todo aquel que quiera, ni siquiera decirse panista, sino que quiera ser candidato o marchar como borrego detrás de los mismos políticos derrotados, en una y otra elección, de aquellos que pactaron con el PRI.

Ahí se pudo ver a esos mismos que se vendieron frente al poder ante quienes gubernaron las últimas dos décadas del siglo pasado y solamente así pudieron estrenarse como gobierno con Vicente Fox al iniciar el presente milenio, para iniciar la era de la derecha en el gobierno, después de 71 años ininterrumpidos de priismo.

Pero de qué sirve un relanzamiento del partido cuando solamente dicen que se sacuden de la compañía ominosa del PRI, que igual y sin el acompañamiento del PAN ni del PRD está muy cerca de perder el registro como partido político nacional.

De qué sirve un relanzamiento de un partido que se aferra a sus ideas de hace 86 años, cuando se fundó, hoy que no se han dado cuenta de que las ideologías han desaparecido, se han desvanecido en la conveniencia de ser gobiernos y que ahora la gente puede seguir a un candidato o a un partido, por las causas que enarbola y no porque sean de pensamiento izquierdista o derechista.

El PAN no se ha dado cuenta de que hoy los votantes ven por su beneficio propio, analizan sus propias banderas, sus propias causas y se identifican con candidatos y partidos que comparten esos intereses. Hoy las ideologías de derecha o de izquierda no son determinantes para una elección, las causas y el carisma de los candidatos es lo que hace ganar elecciones, sin hacer a un lado los intereses personales, ya sean económicos o de comodidad.

Cambiar el logotipo, la imagen del partido no les va a dar más votos, porque también permanecen las mismas caras, los mismos cuentos para convencer a la gente y la apertura para que cualquiera pueda ser candidato. 

Peor aún resultó la crítica lanzada desde Palacio Nacional por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien solamente atinó a criticar al PAN por haber realizado su evento de relanzamiento del panismo, cuando hay decenas de miles de mexicanos que se encuentran en emergencia porque lo perdieron todo, a consecuencia de las inundaciones en cinco estados del país.

Pero hay que recordar que la chamba de atender a los mexicanos en desgracia, no es de un partido político y menos de un partido de oposición, es un trabajo que deben hacer los gobiernos municipales, estatales y el federal.

Fracaso político.

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