Silvia (2018) de José Memun, editada bajo el sello Caligrama, es una novela que va más allá de la historia de un amor en esencia inocente y frágil, para llevar al lector en un viaje nostálgico en el que las ciudades se ven convertidas en personajes en el recorrer de su protagonista, quien sale de su zona de confort obligado por las situaciones, que lo orillan a tomar decisiones antes de eso no imaginadas.
Corren los años ochenta, Silvia y Jorge son dos adolescentes que se enamoran en la Ciudad de México, donde pasan algunos años de noviazgo hasta que ella toma una beca para estudiar en Oxford, lo que pone a prueba su amor. Jorge, desolado, se debate entre la seguridad de su hogar y el apoyo de su familia o ir en busca de su amada. Es en ese momento que inicia la historia, que lleva al personaje por una aventura que de otra manera nunca hubiera vivido.
El protagonista de esta historia, Jorge, es definido por la pluma que le da vida como “una persona más pasiva… es un personaje que es empujado por la situación y los personajes secundarios, quienes lo obligan a salir de su zona de confort, y lo ponen ante la disyuntiva de regresar al lugar seguro o emprender una aventura que lo lleva vivir a Roma”, explicó Memun.
El autor, cuya capacidad descriptiva apoya a la atmósfera y a la historia de la novela, explicó que ésta “enmarca muchas cosas: primero habla de una época, y hablando de una época te transporta, y a los que la vivimos nos hace recrearla, recordar cómo nos desarrollamos, nos comunicábamos y cómo realmente nos relacionábamos los unos con los otros, a diferencia del día de hoy”.
Entre las páginas de Silvia, que va de la melancolía de los amores del pasado hasta cuestionamientos sobre su permanencia en el tiempo, “encontramos el tema de la superación personal, porque todo lo que relata la obra, son cosas que nos pasan y que tenemos que ir saltando; entonces, aparte de ser una novela romántica también tiene partes donde la gente se reinventa y se supera”, aseguró José Memun, arquitecto de profesión y adicto a los deportes de alto rendimiento, quien con esta obra se estrena en el mundo de las letras.
El escritor confesó que para está primer novela se tuvo que preparar mucho, estudiando a fondo a la literatura desde distintos ángulos. “Me costó trabajo pasar de una formación de rayas y dibujos, a una de semántica y sintaxis, es bastante complicado… este tema de la literatura me dio la oportunidad de darme un baño de cultura impresionante, pues en los libros está todo lo que somos, ese arduo trabajo fue muy enriquecedor y me hizo crecer mucho como persona”, reconoció.
Sobre los detalles que llevan al lector a una suerte de feliz melancolía por la época, Memun explicó que se tratan de “cosas que de cierta manera todos vivimos y uno como escritor saca las ideas de algún lado, y muchas de las situaciones son cosas que en algún momento viví, o vi o quise hacer, desde ese punto de vista sí tiene algo de autobiográfico”.
Silvia reflexiona sobre los amores del pasado y sobre el pasado mismo, a través de un texto ligero, inteligente y, sobre todo, sumamente entretenido, que sin mayores pretensiones, busca que el lector pase buenos momentos. “Es un novela que está destinada a que te sientes con un café y la disfrutes, y puedas pasar un rato agradable”, finalizó el autor.
José Memun nació en la Ciudad de México el 18 de septiembre 1974. Tras un tardío encuentro con la lectura, una tarde melancólica de invierno comenzó un ejercicio de retrospectiva de su vida, un encuentro personal e íntimo en el que reflexionó sobre quién era y de dónde venía. Al terminarlo, y con el deseo de contar cosas, inició lo que unos años después sería Silvia.