DE REPORTEROS

Peligro al alcance de los jóvenes, el alcohol de bajo costo

Los impuestos a las bebidas alcohólicas en México no están debidamente tasados, pues se encuentra a la venta aguardientes en envases de plástico (PET), que son de tan bajo costo que no ayudan a evitar que los jóvenes disminuyan el consumo, considerándoles como la población más vulnerable a sus efectos.

El volumen de consumo de alcohol entre jóvenes en nuestro país, es superior al consumo que en muchos otros países del continente; de acuerdo a la Secretaría de salud, cifras de 2016 ubican que el 63 por ciento de la población identificada en un estudio como consumidora de alcohol, son adolescentes y jóvenes de entre 12 y 24 años de edad.

Es por ello que un sector de la población mexicana pide que se graben impuestos en las bebidas, no por su costo sino por su grado de alcohol. Esta medida busca frenar el consumo de alcohol de bajo costo, que es el que adquieren cada vez más los jóvenes a temprana edad.

Garrafas de hasta 1 litro se encuentran al alcance de los adolescentes en las tiendas de conveniencia, así como también en otros establecimientos por apenas unas decenas de pesos; mismas que por su concentración de alcohol llegan a embrutecer la conciencia de los consumidores.

La forma de consumo más común entre los bebedores de corta edad son las llamadas ‘aguas locas’, que son mezclas de alcohol de bajo costo con agua de sabor y colorantes.

En redes sociales son de fácil localización videos y tutoriales que se encuentran sin restricción de edad, indicando la forma en que se pueden preparar dichas bebidas, lo que, en opinión de padres de familia, puede generar la curiosidad de sus hijos en realizarlas y comenzar la ingesta de alcohol a temprana edad.

Para la OMS una bebida alcohólica estándar contiene entre 12 y 15 grados de alcohol, pero hay bebidas embriagantes de bajo costo en envases de PET que contienen más de 24 grados de alcohol en garrafas de 1 litro.

La idea errónea que se ha tenido en los últimos años, es gravar el producto, pero para ello ya se tiene el IVA, lo que se necesita además es gravar el volumen de alcohol en la bebida como parte de medidas que provean recursos al Sector Salud y campañas de prevención de consumo de bebidas alcohólicas.

En el continente americano, los únicos países que gravan el producto, pero no el volumen de toxicidad que tiene el grado de alcohol, son Colombia y México; la nueva regulación internacional se basa en el nivel de alcohol en la bebida para ser gravada.

En México es mucho más sencillo el gravar el volumen de venta de alcohol al salir de las destilerías, que cuidar que tributen todos los puntos de venta del país, al ser gravado el volumen de alcohol que se venda, la ciudadanía estará aportando un porcentaje para programas de salud que será dirigido a campañas contra las adicciones y efectos nocivos del alcohol.

Dado que los impuestos en nuestro país están basados en gravar el valor del producto, la propuesta de la sociedad civil es gravar la cantidad de alcohol por grados sin importar el producto. Hay aguardientes y alcoholes que tienen muchos más grados y son de baja calidad, pero que consumen más los jóvenes en fiestas y reuniones, que las bebidas de igual o menor grado de alcohol de marcas reconocidas.

México debe armonizar su sistema de impuestos a productos que afecten la salud pública y en un país como el nuestro con un gran segmento de jóvenes, la propuesta de gravar el porcentaje de alcohol es en beneficio de ellos y su futuro, si se etiquetan estos recursos para ser utilizados en la salud pública.

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