Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) luego de identificar dos metabolitos contenidos en los aceites del orégano mexicano (Lippia graveolens), utilizan herramientas de biología molecular para estudiar los efectos de estas moléculas, las cuales podrían emplearse para tratar infecciones causadas por hongos en plantas, así como algunas infecciones bacterianas producidas por Escherichia coli, Salmonella, Klebsiella y Staphylococcus aureus.
Al respecto, el doctor Jesús Di Carlo Quiroz Velázquez, del laboratorio de Biotecnología Experimental del Centro de Biotecnología Genómica (CBG), subrayó que la importancia de este proyecto radica en que se podrá contar en el mediano plazo con alternativas naturales para tratar infecciones causadas por las bacterias citadas, las cuales son consideradas de importancia clínica por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que han reportado resistencia a antibióticos.
El especialista del Laboratorio de Biotecnología Experimental del CBG refirió que mediante estudios de Cromatografía Líquida de Alta Resolución (HPLC por sus siglas en inglés), determinaron las concentraciones de los compuestos timol y carvacrol; además, iniciaron los ensayos con los extractos etanólicos que obtuvieron.
Detalló que mediante estudios in vitro observaron que el timol es capaz de inhibir el crecimiento de hongo Fusarium sp, que es considerado como fitopatógeno que afecta a cultivos como el sorgo, maíz y algodón. “Posteriormente identificamos al hongo Fussarium sp, y verificamos que tiene alta concordia con Fusarium chlamydosporum, causante de la enfermedad conocida como necrosis floral, que provoca la pudrición y caída de frutos en etapas juveniles, lo cual afecta la productividad.
“Aunque Fusarium chlamydosporum se aísla con menor frecuencia, no es menor importante al ocasionar infecciones superficiales y/o localizadas, por lo que el timol tiene el efecto potencial para elaborar una formulación fungistática de origen biológico para el cuidado de la salud de los agricultores y los consumidores finales”, precisó el investigador.
En cuanto al carvacrol, el investigador puntualizó que se evalúa su efecto en patógenos como las bacterias Escherichia coli, Salmonella, Klebsiella y Staphylococcus aureus. El compuesto, dijo, tiene un efecto bacteriostático, es decir, en el laboratorio se ha comprobado que, aunque no produce la muerte de las bacterias, sí impide su crecimiento y éstas se mantienen en las primeras fases de desarrollo.
Como parte del proyecto de investigación, el doctor Jesús Quiroz, en conjunto con los investigadores del CBG José Hernández Mendoza y Jesús García Olivares, además de la consulta de bases de datos de especialistas del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) Durango del IPN, elaboraron una serie de mapas georreferenciados para localizar áreas reales y potenciales donde se encuentra la especie Lippia graveolens, con el propósito de diseñar estrategias para su conservación, manejo y explotación.
Señaló que gracias a la elaboración de los mapas fue posible actualizar la base de datos de las especies que se encuentran en algunas zonas de Tamaulipas y que no estaban reportadas oficialmente.
Fotos: IPN