Por Antonio De Marcelo Esquivel
Desesperado por la depresión post separación, un trabajador del Metro se quitó la vida colgándose dentro de un carro del mismo sistema, en los talleres de Ticomán.
Aunque la noticia se conoció desde el mismo día de los hechos, cuando trabajadores del mismo sistema hallaron el cuerpo pendiendo del tubo pasamanos; fue hasta ahora, tras realizada la misa para bendecir el carro y dar el adios a “El Betito”, que se tuvo detalles del triste suceso.
“Yo no lo vi primero”, dijo el testigo, “fueron unos compañeros que caminaban por el taller, quienes el pasado martes hicieron el hallazgo.
Se dice que primero creyeron que era una broma, aunque luego verificaron que, en efecto, se trataba de una persona.
Sin siquiera acercarse, corrieron a dar aviso a otros compañeros y jefaturas, lo que atrajo luego la atención de autoridades, aunque tuvieron que pasar hasta casi cuatro horas después del descubrimiento, para que el cuerpo fuera sacado del lugar y llevado al anfiteatro.
Sería la necropcia la que debía revelar las causas de la muerte; no obstante que para los que se aceracaron, era claro que había amarrado el cordel al pasamanos, subió a un asiento y tomó la fatal decisión.
Mientras peritos trabajaban en recoger las evidencias y los testigos eran interrogados por las autoridades, el caso corrió como reguero de polvora entre los trabajadores por las redes sociales:
-“Qué crees que le pasó al “Betito”?
Se mató acá en los talleres”.
Entre otras frases con las que se informaron aquellos que convivieron con él por años y que llegaron a escuchar de propia voz, los problemas maritales que le aquejaban, aunados a las necesidades económicas.
Fue una voz anónima quien perfiló la probable causa del mortal desenlace: “Es que descubrió a la esposa y un amigo desleal”, fue de esa manera que había quedado al descubierto que ese personaje de su círculo más cercano, había traicionado su confianza con la esposa, a quienes amenazó, aunque no llegó a cumplir dicho amago.
Ni tanto, como el preso número nueve que decía “si vuelvo a nacer yo los vuelvo a matar”. Él prefirió sobrellevar su pena solo, apenas platicandolo con los amigos, que extrañados porque no iba a casa al terminar la jornada, encontraron retazos de su vida y sufrimiento que le carcomía el alma poco a poco.
Finalmente, llegó la fatal fecha sin que alguien detuviera la acción que lo llevó al más allá, por la puerta falsa.
Ha sido hasta ahora que a instancia de los trabajadores y su Sindicato, que llevaron a un sacerdote para bendecir el carro vagón del Metro y, al mismo tiempo, oficiar una misa por el eterno descanso de “el Betito” que ya está al lado del señor.
El suicidio ocurrió en el carro PR-3903 de los Talleres Ticomán y los hechos quedaron asentados en la carpeta de invstigación CI/FI-CUH/STC/MP/UI/3C/D/0027/03-2022 iniciada por homicidio culposo.
