Ocasiona que el organismo forme anticuerpos que dañan el cerebro y la médula espinal el sistema inmune ataca a la mielina la sustancia que envuelve las fibras nerviosas o neuronas
Aproximadamente 20 mil personas padecen esclerosis múltiple en México, según datos de la Secretaría de Salud. A nivel mundial, la cifra es de 2.3 millones. Esta enfermedad, segunda causa de discapacidad entre los jóvenes, después de los accidentes de tráfico, afecta más a las mujeres (el doble que a los hombres), no tiene cura, y la mayoría se diagnostica entre los 20 y 40 años de edad.
Así lo señaló Noel Isaías Plascencia Álvarez, profesor adjunto del curso de posgrado en Neurología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, adscrito al Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, quien explicó que esta enfermedad es degenerativa y crónica del sistema nervioso, de origen autoinmune, es decir, ocasiona que el organismo forme anticuerpos que dañan el cerebro y la médula espinal. El sistema inmune ataca a la mielina, que es la sustancia que envuelve las fibras nerviosas o neuronas.
El especialista detalló que afecta particularmente la sustancia blanca del cerebro y la médula espinal, que produce mielina, que funciona como cinta aislante en un cable eléctrico; sin ésta la conducción nerviosa no se lleva a cabo de forma adecuada.
El médico neurólogo explicó que la conducción nerviosa permite hacer acciones cotidianas como hablar, movernos y mantener el equilibrio, entre muchas otras. Por eso, cuando hay interrupciones por esclerosis múltiple el paciente siente piernas y brazos frágiles, sensación de hormigueo, inestabilidad, visión borrosa, problemas de memoria y fatiga, entre otros síntomas.
«Hay estructuras cerebrales que coordinan y se comunican con los músculos a través de la médula espinal y de los nervios. Sin la mielina, esta actividad se interrumpe», ahondó.
Plascencia Álvarez subrayó que los nervios constan de dos partes principales: el axón (que va al centro) y la mielina (la envoltura del nervio). Con la esclerosis múltiple se pueden lesionar ambos, aunque primariamente se daña la mielina. «Cuando eso ocurre se interrumpe la conectividad que se establece por medio de los axones y la mielina co diversas estructuras del cuerpo».
Síntomas, según la zona afectada
Los síntomas de la esclerosis múltiple son variables y dependen de la localización, extensión, gravedad y número de lesiones o interrupciones. Los más habituales son de tipo motor, sensorial y fatiga.
Algunas manifestaciones como el deterioro cognitivo, los trastornos psiquiátricos, dolor y fatiga son subestimadas con frecuencia; sin embargo, a menudo son los principales factores de discapacidad.
Con esta enfermedad, en áreas afectadas del cerebro se producen placas o cicatrización, y los especialistas las observan mediante estudios de resonancia magnética. “Dependiendo del área son los síntomas, y por ello pueden variar en cada paciente”.
La gente percibe esta enfermedad por síntomas motores, como la alteración del equilibrio, pérdida de fuerza de alguna extremidad o de un lado del cuerpo.
“Si se daña la médula espinal puede haber pérdida de fuerza en las piernas o brazos, alteraciones en el control de los esfínteres o dolor. Se puede manifestar de muchas formas, con signos motores o sensitivos, dependiendo de dónde se formen las lesiones”, remarcó.
Esta afección puede ser recurrente (las personas tienen un episodio con manifestaciones, se recuperan y están bien un tiempo antes de tener nuevos episodios) o progresiva (desde el inicio se ven afectadas sin que haya un periodo en el que estén bien). “En ambos casos, si no se trata tiende a ser progresiva”.
Aunque no tiene cura, la esclerosis múltiple es tratable. Tiene periodos donde se exacerba, ocurren síntomas y luego espontáneamente la gente mejora. Algunos medicamentos se usan para estos brotes y otros para reducir el riesgo de recaídas. Los fármacos disminuyen la reacción contra la mielina, controlando la respuesta inmunológica contra esa sustancia.
Aunque puede aparecer en cualquier época de la vida, la esclerosis múltiple es más común en personas jóvenes (sobre todo en mujeres), a partir de los 20 años, y a veces antes, desde los 16.
“Es controlable, pero se vive siempre con ella. Los medicamentos modulan la respuesta inmunológica y se centran en evitar nuevos brotes que causen daño neuronal”, reiteró Plascencia Álvarez.
Aunque es una enfermedad rara, de baja frecuencia en México, tan solo en una clínica especializada del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre hay 150 pacientes.
Foto: UNAM