Columnas

Con todo respeto Sr. Presidente, ¡no mame!

Por Jesús Sánchez Ramírez

En una situación en que la delincuencia organizada y hasta la no organizada le están partiendo la madre a la sociedad en todos los flancos, el Presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, se aventó la puntada de pedir a integrantes de la Guardia Nacional que respeten los derechos humanos de los delincuentes, de los criminales, porque ellos también son seres humanos. No pinchesmames, yo creí que eran venusinos o marcianos. Una vez también pensé que eran engendros del demonio por tantas infernales maldades que hacen. Pero no, según el residente de Palacio Nacional son ¡seres humanos!

¿Dónde me perdí? ¿O dónde lo perdimos? Ya casi casi nos dice que todos somos hermanos del mismo dolor. De veras que nunca creí llegar a este extremo, pero ¡cuánta falta nos hacen los priistas! ¿Se acuerdan de aquel lema de campaña de Arturo Montiel de que «los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas «? Digo, aquello, aunque fuera mentira nos hacía sentir mejor. Venimos del enero más sangriento de los últimos tiempos, y el jefe nato de las Fuerzas Armadas nos pide, clama a la Guardia Nacional que no extremen el uso de la fuerza contra los envenenador o descuartizador porque ellos, también, ¡son seres humanos!

Ora sí que no mame, señor Presidente ¿de qué lado está? Urge que aclare su postura porque más allá de la política de abrazos y no balazos que facilitó la evasión de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, están tanto la seguridad de los 30 millones de mexicanos que votaron por usted, pero también la de los otros 30 que no vieron en usted la solución y votaron por otra opción política. No es posible que por sus creencias religiosas, su pulso tembloroso o por su supuesta complicidad con el crimen organizado ponga en peligro la seguridad de todos los mexicanos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

Estamos en medio de dos feminicidios entre ellos el de una niña, la tercera asesinada en el desgobierno de Claudia Sheimbaum en la CDMX, y usted, señor Presidente, sale con sus bromas de cuarta. Estamos ante el fracaso de la fiscalía capitalina que lleva perdidos dos de tres rounds ante El Lunares, líder del Cártel de la Unión en Tepito, y usted pide a la Guardia Nacional que no abuse de la fuerza ante los delincuentes.

Estamos ante una revisión del caso del Asesino de Cumbres, Diego Santoy Riverol, quien privó de la vida a dos menores de edad, y usted pide que se respeten los derechos humanos de este criminal. Porque su exhorto a la GN, se sobreentiende, es para todos. ¿Cómo creerle entonces cuando censura a jueces y magistrados por abrirles la puerta a los delincuentes si usted mismo pide que se les respeten sus derechos a esas alimañas. Cuánta razón tenía mi abuelo, don Juan Ramírez Triché, cuando exclamaba que «para un cabrón, cabrón y medio». Hubiera usted platicado con él, en verdad.

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