Columnas

¿Cuándo y dónde nos torcimos?

Por Marcos E. C.

Puede suceder en cualquier lugar. El centro comercial, el cine, un teatro o el parque de la colonia… Un grito desgarrador, rompe la armonía. Decenas de personas reaccionan, buscando el motivo de tan terrible aullido, algunos con morbo, otros (los menos) pretendiendo brindar ayuda. Las miradas curiosas, encuentran la causa de ese estallido agudo; ¡no le compraron el juguete al niño!

Es más fácil culpar a otros de nuestra incapacidad para corregir a tiempo las conductas antisociales de nuestros hijos y someternos a tiranos enanos, que cuando crecen nos superan en vitalidad y juventud.

Nos torcimos, hay que reconocerlo, y no es el modelo económico o la Clase Política pasada o presente, los responsables; queramos o no vivimos en una anomia producto de la falta de educación en la casa, falta de involucramiento en las tareas domésticas de los hijos, sumisión de los padres al berrinche del infante (personita que al darse cuenta que al berrear o patalear obtiene lo deseado), ausencia de autoridad en la casa para sancionar lo incorrecto o aquello que dañe a un semejante (véase el ejemplo del hijo de algún vecino que llega en la madrugada con toda su fiesta y cuando un tercero que se ve afectado sale a reclamar, nunca falta el padre o madre a la defensa de su descendencia: «¡déjalo es mi hijo! ¿Quién eres tú para reprenderlo?»).

Quizá no todos somos omisos a nuestras responsabilidades, no  obstante, hoy más que nunca se requiere repensar y actuar sobre el tipo de sociedad en la que queremos convivir si llegamos a la tercera edad, digo esto pues parece que quienes parieron a los que hoy nos tienen con miedo en las calles, nunca pensaron que sus «niños mal criados » iban a crecer algún día sin conocimiento de autoridad alguna, ya ni que decir lo que implica Estado de Derecho.

¿Cuándo y dónde nos torcimos?.
¿Cuándo dimos tanta libertad, que se volvió libertinaje?
¿Cuándo dejamos que los medios de comunicación; se volvieran institutrices?
¿Cuándo nos importó más el coche, que la boleta de calificaciones de nuestros hijos?

Triste realidad, que hoy estamos pagando. Nos están llegando las facturas y la tasa de intereses, es muy alta.

Gracias a mi estimado amigo David Hernández, por compartir conmigo, sus invaluables puntos de vista.

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