Espectáculos

Histórico adiós a Juan Gabriel en Bellas Artes

Se calcula una afluencia, sólo por el día de hoy, de 500 mil personas.

Por Claudia Carrillo

El Palacio de Bellas Artes es testigo de un de los hechos histórico-sociales más importantes de los últimos tiempos en México, en todos los órdenes, que van del ámbito musical a lo político: El homenaje póstumo al máximo exponente de la música romántica de las últimas cuatro décadas.

La Presidencia de la República puso a disposición de los familiares del divo de Juárez un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para trasladar la urna mortuoria hasta el aeropuerto de la Ciudad de México.

El despliegue de medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, refleja la dimensión del acontecimiento que Perdurará en la memoria documental.

Sentimientos encontrados se viven en lo que es el último adiós masivo al autor de “No vale la pena”. Minuto a minuto arriban al recinto cientos de fans que quieren despedirse; la aparentemente interminable fila no es motivo para desistir de la idea de estar cerca del nicho donde se colocó la urna.

Entre la organización oficial y extraoficial Juanga es recordado para que su amor eterno no sea efímero.

En el interior del recinto la bienvenida estuvo a cargo de Rafael Tovar y de Teresa, secretario de Cultura. Iván hijo de Juan Gabriel, deposito la urna en un nicho preparado especialmente para la ocasión.

Fernando de la Mora y Aida Cuevas encabezaron el tributo musical que fue coreado por el público que estaba de pie frente a las pantallas instaladas en diversos puntos de la Alameda. La celebración por la obra que deja Juan Gabriel continúa con las voces de Lucía Méndez, Pablo Montero, Laura Zapata, Alejandra Avalos entre otros.

Cálculos aún no oficiales reportan una asistencia de aproximadamente 500 mil personas, cifra que se prevé aumente pues el acto se extenderá por lo menos hasta el martes por la noche.

El ambiente que se vivé marca los límites entre la fiesta y el luto, características de algunas de las canciones del Alberto Aguilera, entre el Noa Noa y Hasta que te conocí. Juanga hizo, a su modo, la melodía para su propio fin. Vivió y se fue en la gloria.

 

 

 

Arriba