Columnas

México: el castigo autoinfligido

Por Marcos E.C.

El domingo primero de julio del 2018, los mexicanos (no todos) tomaron una mala decisión; llevar a un populista a la Presidencia de la República.

¿Cuáles han sido las implicaciones de esta mala (muy mala) decisión?
Decrecimiento económico.
Destrucción del sistema de salud.
Empoderamiento de las mafias y cárteles de las drogas.
Terminar con las Reformas, que iban dando frutos (nunca se dijo que eran mágicas, como las propuestas del presidente)
Educación… Entregarla a un grupo que yo llamaría HOMO ERECTUS, no han evolucionado a Sapiens…

Y así podría llenar cientos de páginas, hablando de las carencias, omisiones y disparates de esta administración. Pero hay cosas imperdonables y la peor de todas, se llama COVID-19.

¿Cuántos miles de muertos nos va a costar, una serie de desatinos, decisiones erráticas, acciones inconclusas?

Un presidente, que, al inicio de la pandemia, la minimiza y hoy lo sigue haciendo.
Un gabinete sin preparación, que nombra para enfrentar la pandemia, a quien años antes, había demostrado su incapacidad, en un caso muy parecido y solo se la pasa dando cifras y mostrando gráficas, que ni él mismo puede explicar. Una secretaria de Gobernación que se protege con “nanomoléculas”.

Es evidente que el actual gobierno, solo tiene una meta: perpetuarse en el poder.
Vuelven los discursos, de la ESPERANZA y BIENESTAR.
Cambiemos el nombre a la COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS, por “procuraduría de pobres”.
Salgamos a la calle a destruir y mostrar la fuerza del partido; eso es lo que están haciendo en Jalisco y la Ciudad de México, mostrando “músculo”

Hoy, a un año de las elecciones para renovar el Congreso, los sesenta millones que NO votamos por el partido Morena, debemos ir a las urnas, con la convicción de elegir un Congreso de oposición, quitarle al presidente el cheque en blanco, que se le dio en el 2018.
Tal vez sea nuestra última oportunidad, de tener el México que queremos heredar a nuestros hijos y nietos; tal vez, sea la última llamada para muchos.

PUNTO Y APARTE

No mentir, no traicionar y no robar, al igual que la “fuerza moral”, “nanomoléculas” y estampas de toda la corte celestial, NO detienen al coronavirus. Presidente: ¡ya no mienta por favor!

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