Por Jesús Sánchez Ramírez
Luego de su detención en fastuosa zona residencial en Málaga, España, este miércoles debe regresar a México, extraditado claro, el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Es parte de una lista de exfuncionarios, de la pasada administración, acusados desde corrupción hasta tortura. A él se habrán de unir, en breve, el exgobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez y el exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la entonces PGR, Tomás Zerón. Los tres darán circo mediático -distracción pues-, en tiempos electorales.
Emilio Lozoya es acusado de corrupción incluso antes de que formara parte del gabinete ampliado de la pasada administración. En los corrillos políticos se cuenta que negoció su repatriación y viene con 16 horas de videoteca particular en las que habría consignado actos de dudosa legalidad. Llega, dicen los que saben, con la encomienda de poner en bandeja de plata al alfil del expresidente Enrique Peña Nieto y, ¿por qué no? a uno que otro político o empresario vinculados, principalmente, por el caso de agronitrogenados.
César Duarte Jáquez fue detenido apenas la semana pasada en Florida. Sobre él pesan más de 22 denuncias por delitos que van desde corrupción hasta desvíos de recursos públicos para financiar campañas electorales. Entre las propiedades que le incautarían, basados en la ley de extinción de dominio, se encuentran un inmensísimo rancho y un banco. Claro está que, de resultar inocente se le tendría que resarcir el valor de lo decomisado. Él fue el regalo que dio Donald Trump a AMLO por acudir presto a su llamado.
Tomás Zerón fue parte del equipo de investigación del ex Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, autor de la «verdad histórica» del caso Ayotzinapa, misma que fue ya desechada por la actual administración.
Se le acusa de torturar a presunto líder de un grupo delictivo para arrancarle su confesión. Es de precisar que dicho delincuente, detenido tras nueva indagatoria, fue liberado por una juez tras un soborno de 2 mdp. Así que, mi querido y fino amigo, si usted creía que la próxima temporada electoral iba a ser insulsa, se equivoca, ya está aquí la «caja china». Pura distracción, nomás!!!
