Ecología

Los bobos de patas azules curiosamente practican la monogamia y la infidelidad

Si la monogamia serial tiene ciertas ventajas, ¿cuál es la razón de la infidelidad en términos biológicos?

La infidelidad de las hembras bobo sigue siendo un misterio, de acuerdo al trabajo del científico Hugh Drummond, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.

Realmente pocos mamíferos son monógamos, los humanos por ejemplo somos una excepción a esta regla, al menos los de cultura occidental; sin embargo, el 90 por ciento de las aves tienden a serlo. Dentro de este grupo se encuentran los bobos de patas azules (Sula nebouxii) quienes curiosamente practican la monogamia y la infidelidad, y aunque hay muchas hipótesis de por qué ocurre esto, la más aceptada es que las hembras son infieles para mejorar la progenie.

Frente a la costa de Santiago Ixcuintla, en el estado de Nayarit, se encuentra la isla Isabel en donde habitan alrededor de entre 2 y 3 mil parejas de bobos de patas azules que anidan en los bosques y en la playa. Son animales tan mansos que los científicos han logrado documentar su conducta social entorno a la monogamia y las infidelidades.

Para este caso, se dice que una pareja es monógama cuando se requiere de ambos padres para que las crías salgan adelante, en los bobos el lazo de pareja puede llegar a ser de 1 a 11 años (este último, en casos excepcionales) pero en promedio duran juntos 1.7 años. “Y eso es porque las parejas al final de la época de reproducción se divorcian, no sabemos cuáles son los motivos, pero sospechamos que se relaciona con su desempeño como pareja”, explicó el ecólogo.

Tanto los machos como las hembras escogen a su pareja usando criterios como el color de las patas porque ahí está codificada la información de su edad, si está enfermo o su condición nutrimental. Los dos participan en la incubación, que dura 45 días, en ese tiempo uno de los dos tiene que estar sentado sobre los huevos, mientras que el otro recorre hasta 40 kilómetros para alimentarse a sí  mismos.

Cuando el mismo par de aves se reúne año tras año para llevar a cabo este proceso de incubación y crianza de los polluelos, se habla de  monogamia serial, que de acuerdo con el investigador, genera varias ventajas como garantizar la eclosión de los huevos, ya que su coordinación en la incubación produce 35 por ciento más volantones.

Además, el lazo de pareja favorece la equidad sexual  —reveló Drummond Durey— pues a medida que los bobos permanecen más tiempo juntos, el esfuerzo para incubar y criar es equitativo. “En el primer año de reproducción las hembras realizan aquellas tareas extra que van surgiendo a lo largo del proceso y suelen perder hasta 50 gramos, pero en parejas monógamas seriales, vemos que la distribución del trabajo entre machos y hembras se equilibra, de tal manera que la hembra puede ganar alrededor de 200 gramos durante el acto reproductivo, mientras que el macho nunca pierde ni gana más peso. Esto indica que la igualdad entre los bobos aumenta entre más eventos reproductivos comparten”.

Ahora bien, si la monogamia serial tiene ciertas ventajas, ¿cuál es la razón de la infidelidad en términos biológicos? La observación de Hugh Drummond y su equipo de investigación en la Isla  Isabel mostró que 7 de cada 13 machos copuló  con otras hembras y que estos actos eran 2 veces más frecuentes con la pareja ausente. En las hembras esta cifra (7 de cada 13) es la misma, pero las cópulas  extra pareja son 6 veces más frecuentes cuando su pareja está ausente. Además, se descubrió que el 11 por ciento de las hembras infieles cría huevos de otra pareja.

“La explicación para esta conducta es que el macho que copula con más hembras busca producir crías adicionales, parasitando la relación de otro macho. Para evitar ser parasitados por  otros machos, los bobos cambian de pareja antes de la puesta de huevos si sospechan de la infidelidad de la hembra;  también suelen resguardar a su pareja o agreden a sus rivales (esto no es común pero a veces lo hacen). Después de la ‘puesta’ matan a las crías de paternidad dudosa ”.

En cuanto a las hembras, dijo, sabemos que la densidad de la colonia afecta esta conducta pues entre más vecinos, menos infidelidad hay. Por otra parte notamos que las hembras copulan con sus vecinos ubicados en un radio de 15 metros.

Pero estos datos no son suficientes para comprobar la hipótesis de que las hembras son infieles para mejorar los genes de la progenie “y nos hace pensar que esta conducta tal vez no es conducta adaptativa. En suma, la infidelidad de las hembras es hasta la fecha es un  misterio”, afirmó el fundador de la Ecología conductual en México.

El motivo fundamental de por qué la mayoría de las aves tiende a ser monógama es porque los huevos son incubados fuera del cuerpo de la hembra, por lo tanto ambos sexos tienen la capacidad de cuidar y alimentar a la descendencia, pero también de desertar. Esto, de acuerdo con el biólogo argentino Alex Kacelnik, profesor y director de un grupo de investigación sobre ecología del comportamiento en la universidad de Oxford, Inglaterra.

Foto: Tomada de Internet

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