Cultura

Mi abuelo paterno y La Historia del Futbol en Tampico

Por Sandra Fernández Mitates.

Rafael Fernández García, mi abuelo paterno nació en Orizaba, Ver., así como en la canción de Piero “Mi Viejo” él creció con el siglo, con tranvía y tal vez con uno que otro tinto. De pequeña mi padre me llevaba a visitarlo a su casa que colindaba con el panteón, una casa llena de libros, discos y pósters del Cruz Azul campeón.

Era común que al visitarlo sacara los álbumes de Cri-Cri al tiempo que nos relataba, a mi hermana mayor y a mí, que Gabilondo Soler y él fueron a la misma escuela primaria. Don Rafael me motivaba a leer siempre y me daba el mismo libro una y otra vez: El Conde de Montecristo (siento reconocer que Dumas no logró atrapar jamás a aquella niña).

Trabajó muchos años en el entonces Banco Nacional en el centro de Tampico y hasta en un cine (obvio ¡en el centro de Tampico!); yo lo conocí ya jubilado, pero eso sí… levantándose a diario antes de las 5 de la mañana a barrer la banqueta, la cochera, la calle y ¡hasta el techo de la casa! Casi siempre vestido con guayabera en color claro.  Lo despedimos un 24 de diciembre de 1987.

Dos curiosidades de mi abuelo:

– Cientos de sus libros se donaron al Penal de Altamira. Mi «yo soñadora» imagina a una versión contemporánea de “Edmundo Dantés” embebido en hojas amarillentas y logrando libertad y justicia.

–  Sus restos descansan en otro panteón diferente al que colindaba con su casa, se fue con «la competencia» por decisión propia.

Ahora sí hablemos de futbol: hojeando el Libro de Oro Club Deportivo Tampico de la colección de mi abuelo aparecieron dos hojas sueltas ahí guardadas con un texto de su autoría llevando el título “Historia del Futbol en Tampico” capturado en máquina de escribir y lo primero que pensé fue ¡Esto es un tesoro! Es así como decidí compartirlo con personalidades del deporte local, del periodismo, de la crónica de la ciudad y… y nada.

Así que… antes de que se lo lleve el viento, aquí se comparte literalmente el escrito para todo aquel a quien sí le interese la historia del futbol en Tampico (o pre-historia), iniciando en el año 1916 sin quedar claro si el escrito relata hasta el año 1935 o un poco después. Gracias por tu lectura.

“Historia del Futbol en Tampico”

Por: Rafael Fernández García

A partir del año 1916 la afición al futbol cristalizó en la integración de los primeros clubes: el British, el España y el México. Este último puede considerarse como tradicional en el Puerto; en su equipo alinearon originalmente, Dn. Melchor León (fundador años después de la oncena del mismo nombre en la Ciudad de México), Dn. José Estrop, Dn. Manuel Guzmán Willis (ex senador de la República), Dn. Jorge Eliard, Dn. Carlos Álvarez García, Dn. Francisco Sagahón, Dm. Carlos Darío Ojeda, considerado como el mejor extremo izquierdo mexicano y quien ocupó el honroso cargo de Oficial Mayor en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Dn. Lorenzo Toscano y muchos más que por el tiempo se han fugado de la memoria.

En 1917, debido a la afición impulsada por aquellos precursores, Dn. Lorenzo Toscano, quien fue uno de los primeros que patearon la esférica en compañía de un inglecito loco llamado Serkwisch, intervinieron en la integración de los equipos Pánuco, Holanda y Atlas. Posteriormente nació el primer Club Tampico dentro de la liga menor, al que sostenía Dn. Agapito Ángeles. En 1924 el español Larria, dueño de la tienda de abarrotes “La Bomba”, formó el equipo de ese nombre, fusionándose de inmediato con el Atlas quien junto con el México y el España entablaron violenta lucha deportiva. Esta pugna entre mexicanos y españoles tuvo feliz desenlace de depurar la técnica de juego e impulsar vigorosamente la afición local.

Transcribimos una anécdota que contaba el propio señor Toscano, jugador del México de aquellos tiempos y uno de sus fundadores que da una idea clara acerca de la apasionada rivalidad que tanto ayudó a superar al futbol tampiqueño:

El 10 de noviembre de 1924 en un juego contra el Atlas Dn. Lorenzo Toscano resultó fracturado de una pierna por uno de los antiguos jugadores de la Bomba, trasladándose rápidamente al Sanatorio de la Refinería del Puerto, en donde recibió la noticia, de boca de sus compañeros de equipo, del triunfo obtenido por sus colores; entonces Dn. Lorenzo informó a los presentes que consideraba honrosa la lesión de su pierna, en visto de haber ayudado a conseguir la victoria. Enseguida, sus compañeros procedieron alegremente a estampar sus firmas en la pierna enyesada -recuerdo que conservaba en añoranza de aquellos tiempos-.

Como se podrá apreciar, el gesto del señor Toscano es un índice para determinar qué clase de pasión imprimían aquellos jugadores, que ya empezaban a abundar.

Por el año de 1928, gracias a aquella competencia deportiva que como hemos dicho incrementó con fuerza la afición, vinieron los nuevos equipos como el Cardona, el Luz y Fuerza, el Alijadores, el Limpieza y el ICIE, este último proveniente de una Academia Comercial.

Al aumentar el número de equipos contendientes y habiéndose mejorado notablemente las técnicas de juego, la lucha se tornó más tensa, dando como resultado que los triunfos fuesen más repartidos.

La afición seguía fortaleciéndose. En 1935 se fundó el equipo de la Sección I del Sindicato de Petroleros que se inició con tantos bríos, que al año siguiente logró el campeonato local. La dedicación y capacidad física de sus jugadores, aunadas a los beneficios derivados de los recursos invertidos en el equipo, hacían más que obvia la consecuencia del triunfo.

Posteriormente dentro del mismo Club “México” militó como interior nuestro actual primer Mandatario del Estado, Dn. Manuel A. Ravizé, ex Presidente Municipal de nuestro Puerto.

Se jugaba en el Chairel, en el hoy campo 18 de marzo; el juego podía también verse desde el paseo Bellavista donde todavía había muchos solares baldíos.

Para estas fechas ya los juegos eran enfrente del Cementerio en el Campo España, antiguamente de béisbol que contaba con sus graderías de madera, donde hoy se ubica la Plaza de Toros Gaona.

La Taza de Café

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