Metropoli

Planta de Biodiésel de la Central de Abasto genera energías renovables

La producción de biodiésel, a través del aceite usado de cocina, que genera esta Planta, permite la operación de 200 autobuses con un 10 por ciento de mezcla con el diésel.

La Planta de Biodiésel en la Central de Abasto de Iztapalapa, la cual se construyó con la participación del Instituto Politécnico Nacional (IPN), tiene como objetivo la generación de energía renovable que contribuya al cuidado ambiental.

La construcción de la Planta se realizó con base en la tecnología que desarrolló el Centro Mexicano para la Producción Más Limpia (CMP+L) del Politécnico, y fue diseñada y edificada de acuerdo a las normas emitidas por la Secretaría de Energía.

El proyecto es el resultado de un esquema de pentahélice, es decir, de la colaboración del gobierno, academia, empresas, sociedad y medio ambiente.

Este esfuerzo marca una diferencia en la innovación tecnológica para la producción de biodiésel en México, ya que esta Planta no genera aguas residuales y tiene ciclos regenerativos de calor, esto es, tampoco disipa calor al medio ambiente.

La Planta de Biodiésel se construyó con un catalizador específico y adecuado para el aceite vegetal; está diseñado y fabricado por investigadores del CMP+L, quienes aplicaron reingeniería de proceso, lo que permitió un combustible transferible y atractivo para los sectores social y productivo.

Además, la calidad del producto está certificada por el Laboratorio Nacional de Desarrollo y Aseguramiento de la Calidad de Biocombustibles del CMP+L del IPN de conformidad con las normas internacionales en la materia.

La ciencia y la tecnología están presentes en este proyecto, pero también hay beneficios sociales que derivarán de su operación, tal es el caso del establecimiento de un Laboratorio de Innovación en Bioenergía, con sede en la Central de Abasto de la Ciudad de México, que será un espacio de aprendizaje y generación de nuevo conocimiento al estar abierto a estudiantes y académicos de cualquier institución educativa, no solo de la Ciudad de México, mediante un programa de difusión de Ciencia y Tecnología.

Además, éste servirá para el impulso de nuevas empresas de base tecnológica nacionales, que representan fuentes de empleo para perfiles altamente especializados, principalmente en la Alcaldía de Iztapalapa.

Con el empleo del biodiésel se prevé en el corto plazo mejoras en la calidad del aire, porque será un combustible limpio. Con estas acciones, el Politécnico ofrece a la Ciudad de México y al país sus capacidades institucionales y con ello demostrar que sigue poniendo la Técnica al Servicio de la Patria.  

La producción de biodiésel, a través del aceite usado de cocina, que genera esta Planta, permite la operación de 200 autobuses con un 10 por ciento de mezcla con el diésel.

Foto: Archivo

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