Un libro que invita a la reflexión humana y hace que se cuestionen aspectos que pueden parecer simples para todos.
Por Carlos De Marcelo Balderas
Momo es una niña que vive en un anfiteatro. No tiene conocimiento sobre sus datos personales, no sabe si tiene un segundo nombre y no sabe qué edad tiene, pues tampoco tiene mucho conocimiento sobre los números y le cuesta trabajo leer.
La niña conoce a un grupo de personas que la van a ayudar con su estadía en el anfiteatro, proporcionándole comida, agua, muebles y ropa. Momo también conoce a un conjunto de niños que tienen características diferentes con los que la pasa bien y juega.
Nadie sabe ni comprende, pero Momo tiene un don especial. Uno que es único y ayudará a todas las personas que vayan con ella. El don de escuchar es con el que cuenta la pequeña niña. Todos los niños y adultos comienzan a tener una relación muy buena con Momo. Saben que con ella se sienten en confianza y aparte los ayuda con sus problemas. Ella los sabe escuchar.
Toda esta armonía que se vive entre Momo y sus amigos está cerca de quebrantarse, debido a una especie de pandemia que contagia a las personas. Son los hombres grises quienes propagan una enfermedad que hará que ya nada vuelva a ser igual para Momo.
Es un libro que invita a la reflexión humana y hace que se cuestionen aspectos que pueden parecer simples para todos, pero que son necesarios para la raza humana.
Michael Ende encuentra el punto exacto para mezclar la fantasía con la realidad. Sus diálogos tienen una carga fuerte sobre la conciencia, y el libro en sí, tiene algunos toques filosóficos.
La pequeña Momo hará que te encariñes con las circunstancias de un “antes” bello, pero que te decepcionará con las consecuencias de un “después” abrumador.
Foto: CDMB
