Cultura

Catedral de San Juan Bautista, la joya de la corona mixteca

Se repararon afectaciones en las bóvedas de las tres naves, en la torre sur, en el campanario norte; así como en los muros del tambor y de la bóveda de crucero y en la cubierta de la sacristía.

OAXACA, Oax.- Considerada una de las joyas arquitectónicas de la mixteca oaxaqueña, la catedral de San Juan Bautista, en Huajuapan de León, es un bello templo de estilo neoclásico del siglo XVIII. 

La primera referencia histórica que se tiene de ella, se remonta a un mapa que se envió al virrey Álvaro Enríquez de Zúñiga Guzmán, en 1776.

En 1812, este inmueble histórico sirvió de baluarte a Valerio Trujano durante el sitio de la ciudad. Con el siglo XIX devino un periodo trágico para este inmueble. 

Para 1863 fue destruido por un temblor y, cuatro años después, se reedificó. Sin embargo, en 1882 otro sismo dañó sus torres, cúpula y el crucero del sagrario, elementos que fueron reconstruidos en años posteriores.

Recuperación patrimonial

Si bien el sismo del 7 de septiembre de 2017 no fue el de mayor intensidad en la historia de Oaxaca, sí fue el que mayor daño ocasionó al patrimonio edificado de la entidad. 

En todo el estado, 587 inmuebles resultaron con algún tipo de daño; tan sólo en la región de la Mixteca, fueron 170 los inmuebles afectados.

Antes de que concluyera el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Cultura (que alcanzó ese rango durante su administración), a través del INAH inició los trabajos de restauración de la mayoría de iglesias, monumentos y museos que fueron dañados por los sismos.

Al cumplirse tres años de aquel sismo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ya había logró la restauración de 119 inmuebles, 217 aún se encuentran en proceso de restauración y 251 están en estudio o por iniciar. En la zona mixteca en particular, 39 ya fueron terminados, 67 están en proceso y 64 por iniciar obra.

En el caso de la Catedral de Huajuapan, la cual tuvo daños considerados severos, se repararon afectaciones en las bóvedas de las tres naves, en la torre sur, en el campanario norte; así como en los muros del tambor y de la bóveda de crucero y en la cubierta de la sacristía.

En cuanto a los muros, se intervinieron los del presbiterio, los de las naves laterales y de la sacristía, entre otros. Esta intervención consistió en la liberación de aplanado, en la sustitución de elementos dañados o fracturados por piezas nuevas de características similares a las originales.

Hoy, la catedral de Huajuapan luce con nuevos esplendores que le permitirán brillar por varios siglos más. 

Nuevamente se escucha el repique de sus campanarios, el mismo tañer que en otros tiempos fue de alarma y miedo, hoy vuelve a tener motivos festivos y de júbilo.

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