Cultura

Fallece un grande del periodismo, Leonardo Cortés

Conocí a Leonardo Cortés allá por los años 90, él ya había terminado la universidad y como todos los principiantes estaba en la sección policiaca de La Prensa, aunque por su seridad en el trabajo y esa manera rápida de pensar creció rápido.

Pronto dejó la sección de homicidios para ser enviado cubrir reclusorios y la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Era interesante escuchar sus hipótesis, respecto a un crimen o las razones de un delincuente para cometer un ilícito, para entonces ya platicábamos diario con peritos, Ministerios Públicos, jueces, abogados y, por supuesto, ladrones; desde los de poca monta hasta secuestradores de la alta escuela.

En su caso, aprendí mucho al verlo trabajar y compartir anécdotas en las galeras de la Policía Judicial, a las que accedíamos gracias a nuestra labor como reporteros de policía.

Su astucia y manera rápida de pensar lo hacia buscar verdaderos retos, ladrones inteligentes, no raterillos de esos que te amenazan con un arma para llevarse unos pesos.

Así, le dio seguimiento a casos como la banda de Alfredo Ríos Galeana, “El Marino”, secuestradores como Andrés Caletri, el crimen de la calle Tripoli, “los Narcosatánicos”, entre otros muchos casos que dieron grandeza a las páginas del Diario La Prensa.

En aquellas épocas eramos jóvenes y antes, luego o en medio de una cobertura, nos sentábamos a echar cerveza en la cantina “El Mirador” o “El Chapulin” , ahí por Puente de Álvarado, siempre atendidos por “El Chino” o “El Hilario”, entonces intercambiábamos hipótesis de tal o cual crimen, según los datos obtenidos en el lugar de los hechos y claro él era una “cobra” para atacar, hablar y obtener datos. De ahí la puntualidad con que encabezaba sus portadas y contraportadas La Prensa, “SALVAJE”, “MATRICIDA”, “ASESINA”, “AUTOVIUDO” etcetera…

Los momentos felices fueron muchos incluso esas tardeadas cuando nos íbamos en banda a La Maraka para bailar las de Niche, como decíamos entonces: «cuando la vida nos sonreía»

Con los años buscó mejores horizontes y se marchó a la delegación Gustavo A. Madero en el área de Comunicación Social, para entonces continuamos nuestra amistad por la vía de las llamadas telefónicas y algún encuentro casual.

Luego, hace algunos años, reiniciamos nuestras conversaciones, siempre con ese respeto que lo caracterizó y, claro, con esa manera tan pulcra de pensar y responder.

Para mí, un maestro, pero sobre todo mi amigo, el periodista Leonardo Cortés. Descansa en paz, hermano.

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