Internacional

El Parlamento Europeo muestra el camino para la normativa sobre inteligencia artificial

Un sistema de responsabilidad civil con visión de futuro para proteger a empresas y particulares.

Los eurodiputados aprobaron propuestas para regular la inteligencia artificial en la Unión Europea (UE) con el fin de promover la innovación, la ética y la confianza en la tecnología.

El Parlamento Europeo (PE) ha sido pionero al formular unas recomendaciones sobre la orientación de las normas que gobernarán la inteligencia artificial (IA) y en las que confluyen cuestiones éticas, de responsabilidad civil y de derechos de propiedad intelectual. 

Las propuestas del PE despejan el camino para convertir a la Unión en líder mundial en el desarrollo de la inteligencia artificial. La propuesta legislativa de la Comisión entró en vigor en 2021.

Un marco ético para la inteligencia artificial

La iniciativa legislativa preparada por Ibán García del Blanco (S&D, España) insta a la Comisión Europea a diseñar un nuevo marco jurídico que desarrolle los principios éticos y las obligaciones jurídicas ligados al desarrollo, la implantación y el uso en la Unión de la inteligencia artificial, la robótica u otras tecnologías relacionadas (incluido el software, los algoritmos y los datos).

La iniciativa se aprobó por 559 votos a favor, 44 en contra y 88 abstenciones.

Cualquier ley futura tendrá que atenerse a los siguientes principios: una inteligencia artificial antropocéntrica y antropogénica; seguridad, transparencia y rendición de cuentas; salvaguardias contra el sesgo y la discriminación; derecho de reparación; responsabilidad social y medioambiental; respeto de la intimidad y protección de los datos.

Las tecnologías de inteligencia artificial que presenten un riesgo elevado (por ejemplo, que sean capaces de aprender solas) habrán de diseñarse de tal modo que permitan en cualquier momento la supervisión humana. 

Cuando se utilice una función que pudiera atentar gravemente contra los principios éticos y resultar peligrosa, las capacidades de autoaprendizaje deberán desactivarse y se deberá restaurar plenamente el control humano.

Responsabilidad por los daños causados por la IA

La iniciativa legislativa de la que es ponente Axel Voss (PPE, Alemania) pide un marco de responsabilidad civil pensando en el futuro, que haga responsables a quienes trabajan con una IA de riesgo de cualquier perjuicio que esta pudiera causar. Un marco jurídico claro dará alas a la innovación, al dotar a las empresas de la necesaria seguridad jurídica; pero también protegerá a los ciudadanos, devolviéndoles la confianza en las tecnologías de IA al desalentar actividades que podrían resultar peligrosas.

Las normas se aplicarán a cualquier actividad de inteligencia artificial, física o virtual, que provoque daños o perjuicios a la vida, la salud, la integridad física o la propiedad, o que provoque daños inmateriales significativos que den lugar a una “pérdida económica verificable”. 

Aunque las tecnologías con inteligencia artificial que presentan un riesgo elevado son todavía poco comunes, los eurodiputados consideran que quienes las operan deberían tener un seguro similar al de los vehículos de motor.

La iniciativa legislativa se aprobó por 626 votos a favor, 25 en contra y 40 abstenciones

Derechos de propiedad intelectual

El informe que firma Stéphane Séjourné (Renew Europe, Francia) es muy claro: el liderazgo mundial de la Unión pasa por contar con un sistema de derechos de propiedad intelectual efectivo y con salvaguardias para el sistema de patentes de la Unión que protejan a los desarrolladores que innoven. Y esto no puede hacerse a expensas de los intereses de los creadores humanos ni de los principios éticos de la Unión.

Para los eurodiputados, es importante diferenciar entre creaciones humanas con ayuda de la IA y creaciones generadas directamente por la IA. 

Consideran que la inteligencia artificial no debe tener personalidad jurídica; por ello, solo los seres humanos pueden ser titulares de los derechos de protección intelectual. El texto ahonda en cuestiones como los derechos de autor, la recogida de datos, los secretos comerciales, el uso de algoritmos y los productos ultrafalsos (deep fakes).

Foto: Archivo (Ilustrativa)

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