El haber sacado el empate de visitantes es una motivación para el juego de vuelta, el 4 de mayo en su estadio.
Por Carlos De Marcelo Balderas
Desde las 5:00 de la tarde, la afición de Pumas se dio cita en el histórico Estadio Olímpico Universitario en la Ciudad de México. Los ánimos estaban hasta el cielo, pues todos los seguidores del Club Universidad Nacional tenían la certeza de que su equipo saldría de Ciudad Universitaria con un triunfo para así partir a los Estados Unidos y ganar el título de la CONCACHAMPIONS en territorio vecino.
Las nubes se comenzaron a posar sobre el territorio universitario, amenazando con un diluvio, cosa que ocurrió, pero nadie se acobardó ni abandonó el barco, todo lo contrario; llegaban más aficionados al recinto deportivo.
Una vez dentro de la casa de los Pumas, la espera fue amenizada por música y freestyle a cargo de Dj Cherry V, Montiverzo, Zticma y BúHo, haciendo de C.U una fiesta previa a la final a disputarse.
Los característicos cantos de la afición universitaria se hicieron notar en una tarde que la lluvia dominó por completo. Por su parte, la afición del Seattle que se dio cita en el estadio, también hizo su parte mostrando trapos con mensajes de apoyo a su equipo: “WE ́RE THE SEATTLE” y “FREAKIN ́ SOUNDERS” era lo que decían los trapos, que se extendían en la planta baja del Olímpico Universitario.
Una vez que el equipo de la costa oeste de los Estados Unidos salió al campo para entrenar, una silbatina impresionante estalló dentro del México 68, cosa contraria cuando salieron los porteros de Pumas a calentar: ellos fueron ovacionados y aplaudidos.
Una vez que el equipo de Pumas salió a calentar, todo el apoyo de sus seguidores se volcó sobre ellos.
Justo antes del protocolo de inicio del partido, el equipo auriazul saltó al campo para entonar con sus aficionados el himno deportivo universitario, que, con una fuerza estrepitosa, fue cantado al unísono por el Estadio Olímpico Universitario, seguido de un Goya entonado por todos los asistentes.
Seguido de esto, ambos equipos saltaron al campo de juego con “Seven Nation Army” de fondo, y con fuegos artificiales que crearon un ambiente eufórico entre los asistentes.
El partido dio inicio y todos pusieron atención al encuentro. La fuerte lluvia no fue un impedimento para que el estadio estuviera repleto.
José Rogerio tuvo la primera oportunidad para Pumas, haciendo una buena jugada por el sector derecho del campo y tirando un disparo que fue desviado por el arquero de Seattle.
Después de una falta que se le cometió a Juan Dinenno en el área chica, se marcó penal en favor de los universitarios, mismo que cobró Dinenno pero que fue atajado por el arquero Stefan Frei.
El arbitro tuvo que repetir el penal, ya que el arquero Frei no tuvo ningún pie en la línea de la portería al momento de atajar el tiro de Dinenno, así que se cobró nuevamente el penal y en esta ocasión el balón cruzó la línea. El argentino volvió a tirar y puso el primero en la cuenta de Pumas.
Seattle tuvo diferentes oportunidades, pero no lograron concretar ninguna. Alan Mozo tuvo que salir lesionado del campo por una falta que se le cometió.
Ya en el segundo tiempo y tomando a todos por sorpresa, el mismo Dinenno puso el 2-0 en favor de Pumas, con un cabezazo letal que Stefan Frei ni siquiera vio venir. El cuadro de Pumas estaba obteniendo un buen resultado en casa.
Las cosas se pusieron complicadas para los locales, ya que se marcaron dos penales en su contra en jugadas debatibles. Lodeiro fue el responsable de convertir los dos penales para Seattle. Con estas jugadas los estadounidenses obtuvieron un sentimiento de alegría, ya que el haber sacado el empate de visitantes es una motivación para el juego de vuelta, el 4 de mayo en su estadio.
Ambos equipos tendrán que salir con su mejor versión para la final definitiva. El encuentro está abierto, cualquiera puede ser el nuevo campeón de la CONCACHAMPIONS.
Al final del encuentro, la afición auriazul le dio apoyo total a su equipo para el partido más importante del semestre, hasta ahora.
Foto: PumasMX
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