México

Padre de familia lucha contra autoridades y una inercia social que pretenden arrebatarle a sus hijos

Casi siempre la separación de una pareja incide en los hijos, sobre todo cuando los padres deciden pelear sus batallas a través de ellos, porque cada uno tiene su verdad, misma que se mantiene hasta que las pruebas son contundentes; no obstante, pasa el tiempo y de nuevo los hijos son quienes quedan en medio.

Estas es la historia de un padre que ha peleado con todo por sus hijos, de acuerdo con su versión y las decisiones que ha tomado la autoridad con respecto al futuro de sus hijos.

En palabras del Doctor Javier Avilez, su separación se convirtió en un episodio tortuoso para él y sus hijos, porque la mamá denunció violencia familiar, aun cuando fue el padre quien le pidió marcharse de casa por diferencias irreconciliables.

Relata que nunca hubo pruebas para una demanda al principio pese a que la mamá de sus hijos aseguraba que hubo golpes.

A esto se sumó una guerra de mensajes vía el celular del hijo, que en su adolescencia pidió cordura.

Antes, es necesario saber que el hombre que habla en esta entrevista es un profesionista venido de una familia de profesionistas que lograron sólidos lazos familiares, pese a que la vida los llevó a diferentes latitudes, lo mismo que a su hija, producto de su primer matrimonio y a quien logró conducir por una carrera profesional que la llevó a vivir a Playa del Carmen.

Este abogado deportivo, director legal de la Liga de Futbol Americano Profesional que ha logrado contrato con reconocidos personajes del mundo del deporte y además es conferencista internacional en temas de derecho deportivo en lugares como: Ibiza, Cali, Lima, Sao Paulo y Quito, entre otros.

Incluso se define como un padre de familia, que intentó mantener unida a la familia con sus viajes de trabajo, y premiado por sus aportaciones al deporte fue reconocido por el Instituto Interamericano de Investigación y Docencia de Derechos Humanos perteneciente a la OEA, hoy vive una dolorosa lucha por el derecho a proteger y tener a sus hijos con      él.

Es desde su punto de vista que se conoce el proceso de divorcio, en medio del cual hubo que rescatar a su hija de una posible acción de ataque sexual por parte del socio de la mamá.

Todo inició con momentos de incomodidad ante la presencia del sujeto, socio de la mamá de la niña, y que ella relató, hasta que todo derivó en una denuncia ante la fiscalía.

Ahí la menor tuvo que pasar por difíciles momentos ante autoridades, a las que debió relatar una y otra vez los posibles abusos sufridos.

Como resultado hubo un acuerdo provisional para que ella quedara en manos de su padre, mientras se impulsaba un juicio de pérdida de patria potestad contra la madre, y de nuevo es necesario una audiencia de escucha de menor en que las medidas precautorias fueron otorgar al padre la guarda y la custodia de manera provisional de la niña y el otro hijo adolescente.

Por fortuna los hijos decidieron, por propia voluntad, vivir con su papá, mientras existe una orden de aprehensión dictada por un juez por el posible delito de abuso sexual aunque han pasado tres años sin que se logre la detención del posible culpable.

Este acto en que el acusado evade la acción de la justicia, para el atribulado padre es un caso de corrupción.

Los niños por su parte podían ver a mamá en una convivencia supervisada y lo mismo a los abuelos maternos, lo que se suspendió con la pandemia de Covid-19, pasando entonces a convivencias virtuales.

Sobre el tema el padre de los menores dice no tener inconveniente con esta convivencia, aunque ve un problema que haya una relación de la señora con el hombre sobre quien pesa una orden de aprehensión, no solo por éste, sino por otros delitos.

Sobre el papel que han jugado las autoridades, este padre de familia ha presentado denuncia contra la jueza familiar que conoce del asunto, en la judicatura del Poder Judicial del Estado de México, por “los acuerdos tendenciosos que favorecen a la señora”, dice (madre de los hijos).

En tanto la madre de los menores trata de desvirtuar el trabajo del papá con los hijos, sin lograrlo hasta hora.

Finalmente, el abogado y padre de los menores destaca: “No quiero que se pierda de vista que no soy yo ni es ella, son los niños por lo que estamos haciendo esto… o al menos yo. Es por el bienestar de los niños, reiteró. No tengo inconveniente en que si un juzgado evalúa y determina que los niños deben de estar con ella y garantiza su seguridad, que estén con ella. Y si garantizan que es conmigo, pues que estén conmigo. Sé que los niños necesitan a su madre. Al final del día, es su madre”.

No obstante, se duele que las autoridades se dejen llevar por la inercia social para creer que sólo por el hecho de ser mujer y se presente ante ellos llorando, le den su respaldo.

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