Ecología

Justicia para los pueblos es justicia climática

Ante el mal tiempo, la justicia debe sembrarse, cuidarse y cosecharse. Es trabajo colectivo entre los pueblos que resisten y las personas que hacen frente al exterminio.

Ya están aquí las sequías prolongadas, las hambrunas, las temporadas de inundaciones, el desplazamiento forzado de comunidades, se queman y talan nuestros bosques, se extinguen masivamente los animales, se acidifica el mar, la Madre Tierra tiene una fiebre incontrolable.

Aquello que los científicos de todo el mundo han declarado como emergencia climática, es la advertencia que nuestras abuelas y abuelos hicieron hace cientos de años. Esta crisis ambiental, social, política, económica y espiritual que hoy amenaza todos los rincones del planeta, es consecuencia de más de 500 años de guerra contra nuestros pueblos.

Los responsables de esta crisis tienen nombre y apellido. Bajaron de sus carabelas en 1492 y sus herederos se han enriquecido con la destrucción de nuestros territorios, con la violación de nuestras abuelas, con la esclavitud de nuestros abuelos; son quienes hoy le llaman desarrollo y crecimiento económico al ecocidio y al genocidio. Son dueños de corporaciones internacionales, capataces de esta finca, presidentes, políticos, dirigen mecanismos multinacionales. Son quienes mantienen sus privilegios a costa del sufrimiento de nuestros pueblos, son el 1% que contamina el doble de lo que contamina la mitad más empobrecida del planeta.

Podemos seguir esperando que los gobiernos y las corporaciones se juzguen a sí mismos y solucionen esta crisis, pero sería una condena al exterminio. ¿De qué sirve el dinero para “reparar», “financiar” y “adaptar”, si no detenemos la guerra contra los pueblos y la Madre Tierra?

Calma. Acérquense un poquito al corazón de la tierra, escuchen la voz de nuestros pueblos que siguen frenando el avance de esta máquina de exterminio. Nos llaman indígenas porque la lengua colonial no puede pronunciar la mayor diversidad biocultural del planeta. Somos el territorio vivo, somos las manos de quienes siembran la tierra, la sonrisa de las ancestras, las flores que se mueven con el viento, la lluvia que refresca la tierra, la milpa que crece en toda su diversidad. Somos los pueblos que el capitalismo no ha terminado de consumir, somos quienes hemos cuidado nuestros territorios, cuerpos y espíritus del extractivismo. Somos guardianes del 80% de la biodiversidad restante del planeta, somos soluciones vivas a la crisis climática.

Ante el mal tiempo, la justicia debe sembrarse, cuidarse y cosecharse. Es trabajo colectivo entre los pueblos que resisten y las personas que hacen frente al exterminio. La justicia climática es detener el ecocidio y el genocidio presentes, defender a quienes cuidan los territorios, recuperar la tierra robada, ser milpa, celebrar la vida, practicar los saberes ancestrales, solidaridad con las personas desplazadas, crear nuestros propios medios, redistribuir los alimentos, sembrar bosques, fortalecer las autonomías, imaginar economías solidarias, decidir sobre nuestro territorio, negarse al capitalismo verde, apagar al petróleo, encontrar a nuestros desaparecidos, detener la militarización, descarrilar los megaproyectos, frenar la mina quitar las concesisones , cerrar la refresquera, liberar los ríos, alzarse por la Madre Tierra.

Llegó nuestra hora, convocamos a las personas de todas las diversidades a sumarse a esta lucha por la vida, a este sueño colectivo, a esta defensa del futuro, a estas jornadas de siembra de justicia climática.

¡Samir vive, la lucha sigue! ¡Justicia para Arantepacua! ¡Justicia para Irma Galindo! ¡El Istmo es Nuestro, no al transístmico! ¡Sí a la vida, no a la mina! ¡Cuentepec resiste! ¡Fuera minera de Tetlama, Morelos!¡Fuera Bonafont! ¡Agua sí Termo no! ¡No al genocidio en rieles, que viva la selva! ¡No es monocultivo, es capitalismo! ¡Atenco y Xochimilco resisten, yo prefiero el lago! ¡Justicia para Xoco, abajo los rascacielos! ¡Justicia para Ayotzinapa! ¡Justicia para Ayotzinapa! ¡Justicia para Ayotzinapa! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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