Ecología

Medidas urgentes para recuperar poblaciones extremadamente explotadas de tiburones y rayas oceánicas, pide WWF

Se incluye una cobertura de observadores del 100% en todos los barcos de pesca industrial para 2030, y planes de recuperación para todos los tiburones y rayas oceánicas en peligro crítico y en peligro para 2026.

Un estudio reciente reveló que las poblaciones mundiales de tiburones y rayas de mar abierto han disminuido un 71 % desde la década de 1970 debido al aumento 18 veces mayor de la presión relativa de pesca. La mitad de las 31 especies de tiburones y rayas oceánicas están ahora en peligro crítico o en peligro de extinción según la Lista Roja de la UICN. 

En respuesta, WWF está pidiendo a las partes contractuales de las organizaciones regionales de manejo de pesquerías  atuneras (OROP), que tomen acciones urgentes y específicas para prevenir extinciones y permitir la recuperación de estas especies peligrosamente reducidas, pero muy importantes.

Se pescan hasta 100 millones de tiburones anualmente, con poblaciones de algunas especies oceánicas reducidas en más del 95 % como resultado de la sobrepesca. Las partes contractuales de las OROPs atuneras tienen un papel increíblemente importante que desempeñar en la protección de la salud de las poblaciones oceánicas de tiburones y rayas. 

Estos estados, como miembros de la ONU y la FAO, y parte del CDB y CITES, también se han comprometido y están sujetos a los marcos globales sobre desarrollo sostenible, pesca, biodiversidad y comercio internacional. Sin embargo, estos compromisos globales no se están cumpliendo (por ejemplo, ni la Meta 6 de Aichi del CDB ni el ODS 14,4 de la ONU se lograron para 2020), y las medidas de conservación y gestión existentes para los tiburones y rayas oceánicas no son suficientes para detener los declives en curso.

El doctor Andy Cornish, líder del Programa Global de Conservación de Tiburones y Rayas para WWF, dijo: “Las OROP atuneras y los estados que las conforman, continúan fallando a los tiburones y las rayas oceánicas. Durante demasiado tiempo han sido complacientes con el manejo de estos animales cada vez más amenazados, al no prestar suficiente atención a las tendencias en las poblaciones y al fallar en la regulación de sus capturas hasta que las poblaciones empezaran a caer en picada. 

Necesitamos una reforma completa de la manera en que las OROP atuneras gestionan estas especies, iniciando por la recuperación de las especies más amenazadas y la restauración de sus funciones en el ecosistema».

Para prevenir la extinción de tiburones pelágicos y rayas en el corto plazo y recuperar sus poblaciones en el largo plazo, WWF hace un llamado a las partes contractuales de las cuatro principales OROP atuneras para implementar urgentemente un conjunto de medidas basadas en la ciencia, además de las que ya están en vigor:  

  • aumentar la cobertura de observadores pesqueros independientes al 100 % en todas las embarcaciones industriales para 2030
  • introducir planes de recuperación para todas las especies de tiburones y rayas oceánicas en peligro crítico de extinción a nivel mundial para 2023, y para las especies en peligro de extinción para 2026
  • desarrollar planes para minimizar las interacciones entre los artes de pesca y los tiburones y rayas, e introducir medidas de mitigación para reducir la mortalidad si ocurren interacciones
  • apoyar la investigación de protección espacial y la identificación de hábitats críticos en alta mar
  • desarrollar o actualizar Planes de Acción Nacionales y Regionales de Tiburones
  • implementar la política de «aletas adheridas naturalmente al cuerpo» como el único método para garantizar una contabilidad adecuada de las capturas, así como el cumplimiento de las medidas de retención de tiburones
  • desarrollar enfoques para evaluar la implementación y la eficacia de las medidas de captura incidental y compartirlos entre todas las OROP atuneras
  • exigir a las OROP atuneras que realicen DENP (dictámenes de extracción no perjudicial) de la CITES para cualquier especie incluida en el Apéndice II, que las partes contratantes planean pescar y de las que planean comercializar productos de forma legal y sostenible
  • implementar la moratoria internacional de la ONU que prohíbe las redes de enmalle de deriva (46/215) de más de 2,5 km que operan en altamar
  • incrementar los recursos financieros disponibles para las OROP atuneras para poder lograr lo anterior

Contrastando totalmente con el pedido de WWF de una cobertura de observadores del 100 % en todos los buques industriales palangreros, actualmente, por ejemplo, en la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), que es la OROP atunera del Pacifico Oriental, solo se requiere una cobertura de observadores del 5 % en dichos buques. 

Esto está muy por debajo de lo necesario para poder recopilar datos confiables y específicos sobre especies en cualquier pesquería. También es necesario que todos los buques cerqueros pequeños, es decir, los menores a clase 6 (< 363 toneladas de capacidad), lleven observadores en todos sus viajes de pesca, ya que, a diferencia de los cerqueros mayores (> 363 toneladas de capacidad), según regulaciones de la CIAT, llevar observadores no es obligatorio para ese tipo de buques. Esta baja cobertura de observadores no solo impide la gestión científica de tiburones y rayas, sino que también impide el seguimiento y el cumplimiento.

La categorización de las capturas de tiburones y rayas oceánicas como “captura incidental” por las OROP atuneras, enmascara el hecho de que incluyen pesquerías dirigidas a tiburones y rayas, y que estos animales son a menudo una valiosa captura secundaria en las pesquerías de palangre y redes de enmalle.

Si bien los tiburones y las rayas oceánicas son importantes para la alimentación, los medios de vida, el turismo y el equilibrio ecológico, las investigaciones recientes también destacan su importancia en procesos a escala planetaria, como el secuestro de carbono (cuando los cadáveres de tiburones y rayas se hunden hasta el fondo después de la muerte). 

Se estima que la inhibición de este proceso mediante la pesca de estos animales y la extracción de este «carbono azul» ha liberado al menos 730 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera desde 1950. Recuperando poblaciones de tiburones y rayas oceánicas – además de otros peces marinos grandes como el atún, representa una importante solución basada en la naturaleza frente al cambio climático.

Foto: Archivo (Ilustrativa)

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