Mujer

Niñas de zonas rurales son motivadas en vocación por las ciencias

Mediante el programa “Niñas con-Ciencia” se les ayuda a identificar que tienen las mismas posibilidades de aquellas que viven en áreas o zonas más favorecidas: Margarita Martínez Gómez.

Investigadoras y académicas del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM están cambiando la vida de cientos de niñas tlaxcaltecas con el programa “Niñas con-Ciencia”, que desde hace cinco años impulsan para ofrecer un nuevo panorama de vida y pensamiento libre y crítico, identificar y reconocer la creatividad y la imaginación como cualidades valiosas.

Margarita Martínez Gómez, investigadora del IIBO y titular del proyecto de divulgación, explica que la idea surgió luego del trabajo realizado en la Unidad de Atención Integral a la Mujer, y la atención diferente que requieren las adultas y niñas. Pidieron el apoyo de la Academia Mexicana de Ciencias para crear un área específica para las pequeñas.

Margarita Martínez Gómez.

“Nos ha pasado que algunas niñas de una comunidad no se quieren separar de nuestras mesas de exhibición, e inclusive vuelven a hacer fila para repetir la actividad tres o más veces”, comentó la experta.

La especialista de la Unidad Foránea Tlaxcala de la Universidad Nacional precisó que el objetivo es buscar “la promoción de las habilidades y vocaciones científicas en diferentes regiones, además de las grandes ciudades”.

El propósito es, dijo, “que tuvieran oportunidad de comunicarse con otras niñas y otros adultos de diferentes edades, que tuvieran esta posibilidad abierta en su mirada, que no tuvieran miedo a la interacción, que apreciaran las cualidades que ellas pueden ir desarrollando, y que pueden ir mejorando con educación o con la interacción en los talleres que ofrecemos”, detalló la experta en fisiología reproductiva femenina.

En 1995 la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing reconoció la necesidad de promover los derechos de las adultas y de las niñas, por lo que en diciembre de 2011 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, pues se reconocen los desafíos únicos a los que se enfrentan referentes al bienestar, educación y a una vida libre de violencia; por lo que invitó a las naciones a empoderarlas para el cumplimiento de sus garantías fundamentales.

La ONU informa en su sitio de internet, que hasta 10 millones de pequeñas corren el riesgo de contraer matrimonio infantil; casi la mitad de las escuelas primarias en los países menos adelantados carecen de sanitarios para un solo sexo; 72 por ciento de las víctimas detectadas de explotación sexual son niñas y adolescentes; además, en el mundo una de cada cuatro de 15 a 19 años de edad no recibe educación, empleo o capacitación, en comparación con uno de cada diez niños.

En México, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2019, de los 28.5 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años quienes residían en el país, 2.2 millones trabajaron; de ellos, dos millones lo hicieron en ocupaciones no permitidas y 28.8 fueron mujeres. Entre las labores realizadas destacaron: apoyo en la agricultura, vendedores ambulantes, trabajos domésticos o servicios de limpieza.

Motivar un estilo de vida diferente

Martínez Gómez expone que ofrecen actividades ecológicas o de naturalismo, talleres como Mate-magia; Eco-niñas; De tripas corazón; CreArte; Hablando preciso, macizo y conciso; o bien, Quimicando Ando. Además, los viernes de Comité Técnico se ofrecen talleres como Mi primer huerto Urbano; Celebración de la tierra de las niñas y niños; Cuenta cuentos; Diario/Platica sobre obesidad; Cultivos en casa ¿Por qué y para qué?

En esta labor participan casi 20 investigadoras y profesoras, quienes además imparten un curso en línea llamado “Ciencia y Naturaleza”, el cual se ofrece para las escuelas públicas y privadas de la entidad.

“Tratamos de dar las charlas nosotras directamente. Les compartimos parte de nuestra vida como científicas, buscando que las niñas y jóvenes consideren en sus perspectivas otra posibilidad de profesión, un estilo de vida diferente o, en algunos casos, más acorde con los talentos que puedan tener. Fortalecerlas, que identifiquen que ellas tienen posibilidades igual que las niñas de otras áreas o zonas más favorecidas y que hay las opciones para seguir en las carreras científicas, o hacerse de estas habilidades que promueve la carrera científica”, abundó.

Martínez Gómez afirmó que una opción para que las niñas aspiren a un mejor futuro es motivarlas a que desarrollen sus ideas de manera libre y tengan la capacidad de expresarlas.

En estos tiempos, agregó, donde las redes sociales y los sistemas de información predominan, la educación, asesoría el acompañamiento y las opciones que puedan recibir para modular esta visión es una buena posibilidad para alentar en ellas el entusiasmo por alcanzar metas diferentes.

Es por lo que, desde hace más de una década, expertos de la UNAM se conjuntaron con sus pares de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) para ofrecer actividades de divulgación científica en áreas rurales. Sin embargo, al notar que era necesario dirigir la información no solo para un grupo en general, sino diferenciar entre las adultas y las niñas, Martínez Gómez y su grupo comenzaron a trabajar en mensajes específicos para las menores.

Fotos: UNAM

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