Salud y nutrición

Conoce un poco más sobre el dolor neuropático

Los especialistas recomiendan incrementar la cantidad de centros para manejo y tratamiento del dolor que garanticen el abordaje multidisciplinario e incluir tratamientos innovadores en el plan básico de salud, entre otras acciones.

Dolor espontáneo, punzante, ardor, hormigueo, entumecimiento, quemazón y dolor ante estímulos comunes como el tacto o el roce de la ropa, son las sensaciones que experimenta un paciente con dolor neuropático (DN).

Esta afección aparece como consecuencia directa de una lesión o enfermedad que afecta el sistema nervioso central o periférico y, cuando se limita a un área no mayor de una hoja de papel tamaño carta, se denomina dolor neuropático localizado. (DNL)

Por su intensidad, puede ser incapacitante, debido a que limita la movilidad del cuerpo, pudiendo ocasionar alteraciones de sueño, disminución del apetito, irritabilidad y depresión, lo que les impide a los pacientes llevar una vida normal, afectando sus relaciones laborales e incluso familiares.

Las principales causas de DNL son las producidas por enfermedades sistémicas o metabólicas (principalmente la neuropatía diabética), las de origen infeccioso (principalmente neuralgia posherpética) y las de origen traumático y quirúrgico; a estas se suman los efectos de la enfermedad del alcoholismo y lumbalgia, entre otras causas.

De todos los tipos de dolor que puede presentar un paciente, el dolor neuropático es el que produce más discapacidad ya que tiende a volverse crónico.

“Ausentismo laboral, aislamiento social, alteraciones en la dinámica familiar e incluso crisis en su vida sentimental, son otros de los efectos colaterales de esta enfermedad que representa una carga severa para los pacientes, por lo que es importante un diagnóstico y tratamiento oportuno”, asegura el doctor Andrés Hernández Ortiz Algólogo adscrito al Departamento de Medicina del Dolor y Paliativa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

De acuerdo con estadísticas internacionales se estima que en México de 7 a 8 % de su población padece dolor neuropático (DN) de los cuales un 60% de los casos corresponde a dolor neuropático localizado (DNL); con base en el censo de población del INEGI 2020, el cual reporta una población mayor a 126 millones de personas en el país, existen más de 8 millones de mexicanos que enfrentan esta condición.

En ese sentido, la experiencia clínica reporta que el 82% de los pacientes con DNL experimentan un impacto en su calidad de vida; 65% enfrentan restricciones en actividades diarias; 60% presentan alteraciones del sueño debido al dolor; 41% ha sufrido dolor por más de 5 años; 34% presentan depresión, mientras que el 25% refieren sentirse ansiosos, de acuerdo a los datos expuestos en el Simposio “Dolor Neuropático Periférico Localizado” auspiciado por la Academia Nacional de Medicina de México, efectuado en 2019 .

El dolor neuropático localizado es una afección crónica y puede ser permanente sin el tratamiento adecuado; por otra parte, no responde al tratamiento con los analgésicos más comúnmente utilizados, muchas veces como automedicación del paciente.

Para hacer frente a este padecimiento en México, el doctor Hernández recomienda promover la educación sobre dolor neuropático, incorporándose al modelo de Atención Primaria de Salud Integral (APS-I) que contempla prevención, detección y tratamiento. De igual forma, incrementar la cantidad de centros para manejo y tratamiento del dolor que garanticen el abordaje multidisciplinario e incluir tratamientos innovadores en el plan básico de salud.

Esta situación no es exclusiva de México, en opinión de la doctora María Patricia Gómez, especialista en dolor y secretaria académica de la Federación Latinoamericana del Dolor (FEDELAT), “para su adecuado tratamiento, es fundamental contar con un abordaje multidisciplinario que incluya un especialista para el control de la enfermedad de base o la causa directa, un tratamiento especializado y personalizado para el dolor crónico, y terapias física y psicológica”.

Advierte que, en América Latina, acceder a un especialista en dolor no es fácil, por ello se deben realizar esfuerzos conjuntos para cerrar las brechas de acceso a la salud. “Tomemos en cuenta que, en muchos de los casos, el dolor neuropático es crónico, es decir, se prolonga por más de tres meses. Por tanto, es importante que el paciente cuente con un manejo adecuado que garantice una mejor calidad de vida”.

Foto: Archivo

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